La información se extendió como la pólvora. Rápidamente, cada rincón del país fue consciente de la gravedad del asunto. El mundo debía de ser alertado para que se pudiera tomar una decisión lo antes posible. Un locutor daba la información en la radio: "El ser humano, va perdiendo la memoria día por día". Cuando la noticia se hizo pública, la humanidad estalló en desesperación. Por suerte el mal no azotaba con la misma intensidad a todos los países, unos con menos casos, otros con más. En los países más pobres, los casos se podían contar con los dedos de las manos; porque su pobreza era tan grande, que no tenían razones para recordar lo que no habían vivido. En pocos días, el pánico fue colectivo, no se sabía científicamente la causa que provocaba esta acción en cadena. Se llegó a pensar en un estrés producido por los cambios violentos de la bolsa, pero esta opción no es válida a todos los países. Algunos cientí...