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Mostrando entradas de octubre 9, 2011

" JURAMENTO "

Cuando aparecí aún no habías llegado penetraste en el rostro por extrañas inversiones. Fuiste permanencia en la consagración de la sangre. Cuando crecí lo hiciste junto a mí y nunca olvidaste los días de lluvia en los hombros. Fue el soporte necesario para el descanso del aliento. Cuanto me detuve me incitaste a seguir alimentando el verbo y la razón. Fuiste pan para el necesitado. Cuando amé se detuvo el tiempo y me amaste en igualdad de condiciones. Fue la apariencia de los dolores lógicos. Cuando no estabas yo regresaba y conciliábamos el amor otra mañana. Fuiste manejadora de palabras en la memoria. Cuando el áurea del empeño aflore te seguiré amando aunque el viento se apague.

" HISTORIAS ESPIRITUALES " El Tío-abuelo (capitulo II y final)

Los encuentros de cada domingo con el tío-abuelo eran sagrados desde hacía muchos años, posiblemente los mismos que llevaba su foto en la pared de la habitación de la abuela. Tantos encuentros, que mis cortos años no pueden recordar. Llegaba siempre después del desayuno, y mi abuela lo esperaba siempre con una taza de café bien caliente. Ella no le preguntaba si quería, y él, tomaba en sus manos el café sin responder palabra alguna. Siempre era el mismo ritual. Dejaba la guitarra sobre la cama y se sentaba en el sillón de balancín con su taza humeante. Colocaba la vasija sobre el pequeño plato, y con su mano blanca, tan blanca como su ropa, la trasladaba a sus labios. El primer sorbo lo consumía lentamente, y después dejaba la taza sobre la mesita para terminarlo más tarde, sin prisa. Mi tío no era un hombre de costumbre, pero la mañana del domingo para él no poseía variación, sería en todo caso un pecado. Recuerdo que no me perdía detalle de cada uno de sus movimientos. Después, con