"LOS AMANTES DEL 26"
CAPÍTULO FINAL -- 7 -- Un vez más los párpados cayeron por su propio peso, pero en estas circunstancias no fueron capaces de elevarse, y Magdalena se dejó llevar. Necesitaba descansar, dormir algunos minutos antes de arribar a su destino, al pueblo de su amado Federico. Sus brazos y sus piernas pesaban más de lo habitual, lo suficiente, y ella no tenía fuerzas para luchar con lo evidente. __ ¡Mi amor, tengo demasiado sueño, si no te parece mal dormiré algo antes de llegar! ¿Cuando estemos cerca de tu pueblo me despiertas? –la voz de Magdalena se puede afirmar que es lo más parecido a un remanso de paz en un apaci...