¡EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA!
(CAPÍTULO LVI) Habían cortado las vías de entrada y de salida de la ciudad y tuvimos que optar por atravesar el monte para comenzar nuestro viaje. En situación de guerra no era la manera más indicada para llegar a nuestro destino pero nos vimos obligadas a tomar esta dislocada decisión si deseábamos llegar a casa de nuestra tía Rosaura. Éramos conscientes de que podríamos cortar camino o hacer más larga la llegada a nuestro destino, dependía mucho de la suerte. ¡Quedarnos y resistir, o enfrentar las posibles sorpresas que nos podía deparar nuestra travesía! Mi madre pudo hacerse con un poco de alimento para al menos dos días. ¡Pan, un trozo de tocino, miel, y por supuesto una bota con agua! Contábamos con que la suerte nos acompañaría y llegaríamos lo antes posible a casa de la tía R...