"CONFESIONES DESDE EL TÁLAMO"
CUALQUIER DÍA EN LA VIDA DE ALEJANDRO -- 4 -- Dos manzanas más abajo recapacitó, y volvió al comienzo, a su calle. --¡Tendré una mayor pérdida si tomo el auto, no quiero saber nada de este lugar!-- Y dicho y hecho, Alejandro abrió la puerta de su auto, se sentó, lo puso en marcha, y partió sin rumbo conocido, con la intención de alejar cualquier pensamiento relacionado con su mujer; pero el pobre hombre no pudo, conducía con su mente embotada por las sensaciones vividas hace unos instantes....