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ANTES DE...

En el nombre del padre, del hijo... ¿Dónde estás padre que tu omnipresencia no la sentimos? Por qué lugar recóndito caminas con tus pies descalzos y tus ojos al frente en el nombre del hijo, y de los hijos sin nombre. ¿En que rincón de la noche está tu poder? Ese poder que no está en la memoria de todos,porque el poder si quisieras, si pudieras,qué poco esfuerzo se necesitaría, padre, para poder. ¿Hacia dónde fue la fe, que hacia mí nunca llegó? No podemos creer, si dejas el hambre, la miseria y el olvido en tierras pobladas, y me dicen que estás en misa urbana. ¿Qué haces? !No pecarás! No,nunca he pecado, nunca hemos pecado,si cada vez que busco tu luz, tú , me obligas a pecar.Qué sería de usted padre sin el pobre pecador. ¿De quién es la culpa? Estoy seguro padre que en este mundo,sobramos más que algunos.Poblamos la tierra,pero con mucha variedad, y después,sin que nadie lo note,abonamos con piel y huesos su totalidad. ¿Dónde está la luz que nos guíe por el ca
Hace una semana he escrito unos comentarios sobre el mundo de la fe,seguramente que para estas fechas dichos comentarios no han sido gratos,o un poco fuera de gusto para algunas sensibilidades, pero de una forma mágica han desaparecido del blog.Seguramente que detrás de esta acción hay alguna mano divina que con su poder supremo puso coto a estas palabras un tanto disonantes.Espero que sea un golpe del destino(no precisamente del destino divino);porque mi alma estaría a punto del pecado.Pido a los que encuentren mi texto perdido por el espacio-ciber,que si son tan amables lo devuelvan a mi querido blog.El texto comenzaba con un "Antes de.....pero lo recuerdo en su totalidad, aunque el orden de las palabras no sean las mismas.Gracias por la atención que me han brindado,sobre todo mi entrenada conciencia.Para los que lo han leido,decirles quiero que pronto tendran otros capítulos de dicha entrega.Un saludo de La abuela Nena.

SOMBRA

                                                                La  verdad era que no sabía el camino a seguir, pero siempre pensé que dejándome llevar por los impulsos podía llegar a mi objetivo sin ningún dolor.                                                                 Al tomar el avión ya nada fué igual, y desde el momento mismo de la partida, mi mundo dejó de estar en mis ojos para viajar al fondo de una triste maleta sin futuro.                                                                 Recuerdo cuando era niño, que por entonces, tenía la posibilidad de recordar lo poco que de recuerdos había, que mi vida estaba controlada solamente por sentimientos de culpabilidad. Antes de salir a la calle, encontraba el modo de justificar las respuestas a las preguntas que  llegaban con el día; podía saber, si el vecino de tres casa más adelante, esa misma mañana dejaba su triste cuartucho para morir. La noche anterior vi en mis sueños a un anciano solitario cansado de la vida q
                                     Una noche, estando de espaldas a la ventana, sentí el suave brillo de la madrugada, de una  madrugada que desde siempre pasó de largo por mi casa y que nunca tuvo la bondad de detener los pies, para saber si aún estaba vivo; ya nada fue igual.Nada fue igual en mi cuerpo y en mi mente,no tenía conocimiento de lo que podía provocar la ausencia de recuerdos. Pero esta brisa o este brillo de la madrugada marcó un antes y un después.No pude recordar hasta muchos años más tarde, el regalo de la madrugada.                                       El recuerdo detenido en un instante, que después del amanecer trajo consigo tantos años amontonados.Años que dejaron de ser pocos, para golpear sin ninguna responsabilidad. Cuanto he podido dejar de recordar hasta este momento, en que la noche me trajo noticias de la abuela. En realidad, quién era esta persona que por un tiempo dejó de estar presente. Los largos años que me encontraba perdido buscando el recuerdo,
                                            " El tiempo fue poco a poco con su paso lento por el camino verde del monte ". Lo último que pude escuchar antes de girar la cabeza, después ya no estaba allí. Mi abuela decidió desde mucho antes, que todo estaba más que dicho. Cuando me pongo a recordar todo lo que me dijo, creo que no fui un buen oyente, y ahora claro está, estoy sufriendo las consecuencias de mi testaruda sordera. Que te cuento que tu no sepas, si cada día y cada noche te quedabas dormido en mi regazo.                                               Estas palabras o simples palabras que van lentamente de un lado a otro de mi cabeza, me han acompañado durante años en este largo recorrido de la vida.¿Qué puede pasar cuando dejamos los recuerdos a un lado y vamos por el camino como simples instrumentistas de una sola partitura? Nunca te has preguntado qué hacemos sin los recuerdos, aquellos que una vez llegaron porque nos sentíamos culpables, no hablo de esos recuer