Segunda crónica.
LA JOVEN ISLA El viaje fue relativamente largo, porque nada más acomodar el equipaje de mano y depositar mis posaderas sobre el confortable asiento del avión, abrí el dossier que me entregó mi jefe, y antes de pisar suelo de Albrancia, lo había leído de punta a cabo. La historia es conmovedora, al menos hasta donde conoce nuestra editorial, porque mi trabajo es precisamente ese, desentrañar la madeja y continuar hasta encontrar el desenlace, si es que en realidad lo hubo. En el dossier como dijo mi jefe, está todo bien detallado, mis dietas, el hotel donde pasaría estos meses, la entrega de las crónicas, sí, porque nada más llegar, al siguiente día, debo mandar una crónica, cada día una hast...