CONFESIONES DESDE EL TÁLAMO
Rosa y el taxista. -- 11 -- La esperé una vez más en los bajos de su casa. Cada mañana la acompañaba a la parada del auto-bus, y sin que los dos nos diésemos cuenta, hicimos de este paseo una costumbre. Rosa estaba mucho mejor. Los psicólogos le dijeron que pronto regresaría la pequeña junto a ella y esto la consoló. De Ramón...