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Mostrando entradas de mayo, 2012

EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA

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(CAPÍTULO XLII)                 Como deben suponer, mi madre se quedó sin sus ahorros de toda la vida. El viaje concluía, pero recién comenzaba la más larga e incierta travesía. El barco llegó a puerto como dijo mi padre, diez días después. Para todos comenzaba una nueva vida. El enfrentarse a un nuevo mundo con lo que trae consigo, es un reto algo complicado. Si a esto se le suma el desconocimiento del entorno, los medios económicos, y la desorientación total; convierten a la persona que llega, en una extraña o extraño en todos los sentidos. ¡Eso era la madre del niño y su familia, mi padre, mi madre, y los cientos de pasajeros, que la mayoría no tenían idea de a dónde habían llegado! ¡Unos extranjeros sorprendidos!                 Desembarcaron y por fin sus pies tocaron tierra. Muchos llevaban simplemente un macuto o morral con alguna muda, o algún recuerdo para no olvidar de dónde venían. ¡Ahora eran hombres y mujeres con un pasado muy lejano! ¡Un pasado tan lejano, qu

LA MEJOR OPCIÓN

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                                                                       Es difícil saber cuál ha sido el mejor momento de nuestras vidas. ¡Seguramente para muchos están relacionados con la familia! Estos espacios que llegan y se quedan en el corazón como una foto de antaño. Yo he pensado que he tenido muchos momentos buenos en la vida. Más tarde pude comprobar que estaba equivocado, y que no todo lo que se refleja en el agua es la imagen soñada.                 Tuve atisbos de alegrías e ilusiones. Me dejé sorprender por lo desconocido, y permití que en mi alma entrara la belleza con intenciones fraudulentas. ¡Lloré, reí, me lamenté y blasfemé! ¡Dejé que el viento de tramontana acariciara mi pelo, y me marche lejos, para que no supieran de mí! ¡Hice lo imposible para comprender la palabra vida, que aún hoy se me escapa y la veo muy distante! Lo intenté todo hasta equivocarme, y comprendí que en los errores se encuentra el placer.                 ¡Si, los mejores momentos de m

" EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA"

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                                                        (Capítulo XLI)                  Al llegar a cubierta, el médico tenía en sus brazos al bebé. El aspecto del pequeño era diferente, su carita no estaba pálida, y los ojitos le brillaban como dos farolillos. Mi madre lo miró y sonrió. Al parecer el medicamento hizo su efecto en la noche. ¡Un milagro que no esperaban! La esperanza de sobrevivir en estas condiciones es casi nula. El doctor dejó sobre el pecho de la madre al bebé y le comentó. __ ¡Creo que está fuera de peligro! __ ¿Está seguro doctor? –Era la duda de la madre. __ ¡Nada es seguro señora, pero su organismo reaccionó al medicamento! ¡Debemos esperar un par de días más, para ver como evoluciona! __ ¿Seguirá atendiéndolo doctor? –Le preguntó mi madre. __ ¡Usted y yo hemos quedado……..! __ ¡En un trato, y no me olvido de él! ¡Usted cuide del pequeño y será recompensado! __ ¡De eso precisamente le quería hablar! –Le comentó el médico. __ ¡Cuando

“RECORDATORIO”

                               Esta es la última publicación de este largo día. Han sido noventa y seis publicaciones. Una tras otra cada quince minutos. ¡La verdad, estoy agotado! De cualquier forma les quiero agradecer el interés al leer las historias. ¡Si le han sido de utilidad o provecho, valió la pena! ¡Sin llegar a lucrarse de ellas!                 Aún así las historias no son más que eso. Pequeños sucesos imaginados o soñados, que si se llevan a un papel, algún día se harán realidad. Yo deseo que muchas cosas buenas se hagan realidad para el mundo, para todos. ¡Es delicado, pero la espiral está en evolución! ¡Hay que esperar, pero nunca sentados!                 Una vez más la Abuela Nena les quiere agradecer este momentito especial. El blog seguirá como siempre, mientras a la Abuela no se le ocurra una de las suyas. ¡Voy a la cama! ¡Me desconecto!                                                   GRACIAS DE TODO CORAZÓN.                                           

“A MI NIÑA”

Publicación:(Noventa y seis. Final) Te debo un regalo mi niña, una blanca primavera. Un motivo para el hechizo, un recuerdo en la vereda.  Por ejemplo te daría un poco de la risa. Una risa que despierta en la flor de la canela. Te pudiera regalar, la tonada en la mañana. El árbol con su nido, el sinsonte y su mirada. Las entrañas de un suspiro, la semilla de mi alma. La confianza en el mañana o la firmeza en la alborada. Pero tú fuiste el regalo, cuando menos lo esperaba. Cautelosa penetraste, protegida por el hada.

“EL RETRATO”

PUBLICACIÓN:(Noventa y cinco)                 Fue recogido por un barco mercante que se dirigía a las Américas. Nunca supo de la suerte de los marineros y su capitán; pero hasta que llegó a tierra el saco con los zapatos del capitán no lo soltó ¡Un saco muy especial! ¡Así lo llamó Fermín!                  El bisabuelo llegó a tierra y comenzó su nueva vida. Pasaron muchos años para que el abuelo levantara cabeza; pero esa es otra historia que algún día la contaré, si el retrato del bisabuelo me da su permiso.                 Esta es la historia de mi bisabuelo. El imponente señor que domina todo el espacio desde lo alto del escaparate. Junto a su frondoso bigote que va de un extremo a otro de la foto imponiendo autoridad.                 El negocio que fundó el bisabuelo con los años pasó al abuelo, después a mi padre, y ahora lo llevo yo con mucho orgullo. ¡Es la mejor herencia que me ha dejado el bisabuelo! No es un negocio de abundantes ganancias, pero hasta el mome

“EL RETRATO”

PUBLICACIÓN:(Noventa y cuatro) Era una soga doble de barco. Pero Fermín continuó cortando la cuerda hasta que lo logró. El agua le cubría el cuerpo a la altura de la cabeza. La puerta se abrió de golpe y la fuerza del mar lo empujó sin escrúpulo. En la boca de la bodega un remolino se armó y el cuerpo del joven fue llevado por la corriente. Su débil y escuálida figura se hundía en el agua. Salía a la superficie y volvía a sumergirse. En ningún instante Fermín renunció al saco con los zapatos. Los dos permanecieron unidos ante la corriente.                 En pocos segundos el mar se tragó al amasijo de chatarra y madera que antes había sido un barco. Los botes con la tripulación se alejaban lo más de prisa que podían, y para Fermín la distancia que lo separaba de ellos, se hizo eterna.  El cuerpo de Fermín flotó junto al saco de zapatos, intentando no hundirse una vez más.                 Llevaba su navaja, pero le faltaba la madera para dejar constancia de los días que es

“EL RETRATO”

PUBLICACIÓN:(Noventa y tres)                      El estampido del mar sobre el barco lo debilitó. El barco crujía como la madera cuando se astilla. De la misma forma crujía la garganta de Fermín pidiendo socorro. El agua llegaba a los pies del joven. Estaba seguro que lo habían abandonado a su suerte. Iba a morir como lo llamó el marinero. Ahogado como una rata atrapada en una ratonera. Fermín mantuvo sobre su espalda el saco con los zapatos del capitán. ¡En ningún momento pensó en abandonarlos!                 El nivel del agua siguió subiendo hasta llegar a la altura del pecho de Fermín. Con una mano sostuvo en lo alto el saco con los zapatos y con la otra se aferró a uno de los listones de la puerta. Su mano rozó la cuerda que el marinero puso para clausurar la puerta. ¡Las rayas! ¡Hermosas rayas talladas! Le vino a la mente su navaja, su fiel amiga que siempre lo acompañaba. La sacó del bolsillo de su pantalón, y a todo ritmo comenzó a serrar la cuerda. Su brazo est

“EL RETRATO”

PUBLICACIÓN:(Noventa y dos)                 El marino no llegó en la siguiente ronda. Y por la boca de la entrada a la bodega, en lo alto, una cascada de agua fluía escaleras abajo. Lo primero que pensó Fermín fue en los zapatos. Estuvo toda la noche frotándolos para que ahora se llenaran de agua. ¡El capitán lo colgaría antes de tiempo! Tomó el saco y los metió con cuidado dentro. No era la mejor idea, porque pensaba que entre ellos se podían golpear, pero no había otra solución si el agua seguía entrando a la bodega.                 Se colocó el saco en la espalda y miró hacía arriba. El agua cubría toda la parte baja de la bodega. El marinero no estaba, y Fermín pensó que posiblemente el capitán cambió de opinión, y más tarde vendría solamente a por los zapatos; pero el agua continuaba entrando con más fuerza por la boca de la bodega --¿Qué está pasando?—El joven Fermín se devanaba la cabeza, hasta que un torrente de agua lo lanzó por los aires. Ahora Fermín supo que esta

“EL RETRATO”

PUBLICACIÓN:(Noventa y uno) Fermín estaba perdido. Tantos días oculto en el barco. Tantas rayas que le recordaban lo poco que faltaba por llegar; y ahora, de un golpe, todo cambió. ¡La última raya! ¡En las últimas horas de su vida, limpiará zapatos hasta morir! Menudo futuro le espera a Fermín Fernández Falcons. Tomó uno de los zapatos y comenzó a frotarlos contra la manga de su camisa. Pensó que si hacía bien su trabajo, en la mañana el capitán por agradecimiento lo dejaría llegar al destino. Pero no lo veía del todo claro. ¡Aún así, decidió esmerarse con los zapatos!                 En cada ronda, el marinero asomaba la cabeza por los barrotes de la puerta para ver si Fermín estaba en su labor. Estuvo toda la noche con la misma rutina. Cerca del amanecer, un golpe seco estremeció a Fermín, y el zapato que tenía en sus manos salió desprendido hacia un extremo de la bodega. Se llevó un buen susto. Recogió el zapato y siguió frotándolo como si nada hubiera pasado. ¡El último!

“EL RETRATO”

PUBLICACIÓN:(Noventa)                 Puso a Fermín contra la puerta para controlarlo con la mirada, y fue en busca de los zapatos del capitán. Por la cabeza de Fermín pasó la idea de escapar, desde la posición en que estaba tenía ventaja sobre el lerdo marinero; pero si fallaba. ¡Mucho antes iría al mar! Y cuando se está en una situación complicada, lo mejor es ganar tiempo. Por otra parte, dónde se escondería que no fuera descubierto. Ahora sabían que había un polizón a bordo, y encontrarlo no sería complicado entre todos los marineros. Correr no es la solución. Así que decidió quedarse y afrontar su destino. ¡Ya pensaría en algo!                 El marino no se demoró mucho rebuscando hasta que encontró los zapatos del capitán. ¡Muchos zapatos! ¡Un mundo de zapatos! Los metió en un saco y se los plantó en la cara Fermín. Lo tomó nuevamente por el cuello, y arrastrándolo lo llevó una vez más a la bodega del barco. Comenzaron a descender por las escaleras hasta que el marin

“EL RETRATO

PUBLICACIÓN:(Ochenta y nueve)                 A Fermín se le puso la piel de gallina cuando escuchó al agua. ¡Estaba perdido! ¡Nada ni nadie lo salvaría de esta situación! Esta noche dormirá en el fondo del mar, y será un sueño demasiado largo. __ ¡........ ...... .. .......! –Fermín intentó escapar de los brazos del marino. __ ¡A dónde crees que vas mocosuelo! __ ¡..... ...! __ ¡No escuchaste al capitán! ¡Andando! ¡Esta noche te darás un buen baño! ¡Lo único que será un baño muy, pero muy, largo! –Y comenzó a reír a carcajadas. __ ¡Espera marinero! ¡Dale todos mis zapatos para que los frote bien! ¡Así pagará lo que nos debe por todas las comidas que robó! ¡Todo tiene su precio, y ahora le toca pagar! ¡Mañana, lo echas al agua! ¡Enciérralo en la bodega con los zapatos! –Y después de una pausa dijo-- ¡Si a mis zapatos les pasa alguna cosa rara, los dos van al agua! ¡Y no quiero escuchar nada más! __ ¡Lo que usted diga mi capitán! ¡Encierro al chaval en la bodega y v

“EL RETRATO

“PUBLICACÍON:(Ochenta y ocho) El temerario marinero, en este momento se agitaba de miedo como pluma de gaviota cuando el viento la lleva de un lado a otro. Tragó en seco y respondió. __ ¡No mi capitán, digo si mi capitán! ¡Sí, que le cuento! ¡Estaba haciendo la ronda y llegué a la bodega. Al bajar las escaleras sentí un ruido.............! __ ¡¡Huuuuu! Hunmmmmm! –¡Algo estaba por estallar en el camarote del capitán! __ ¡Sí, sí, al grano! ¡Encontré esta rata! __ ¿Qué rata? __ ¡Esta mi capitán! Como la puerta estaba cerrada, el capitán no veía absolutamente nada. __¡Este mocoso mi capitán! El capitán abrió la puerta de un golpe. Miró a Fermín y luego al marinero. __ ¿Para esto me despiertas? __ ¡Es que es un polizón mi capitán! __ ¡Como si es el mismísimo Napoleón! – el capitán le dio una última mirada al marino, y volvió a entrar en el camerino. __ ¿Qué hago con él mi capitán? __ ¡Al agua! –fueron las palabras del capitán.

“EL RETRATO

PUBLICACIÓN:(Ochenta y siete)                 Las altas temperaturas descendían en la noche. ¡Fermín sintió frío! Llevaba encima una camisa gastada y roída, la única que poseía. Sus pantalones a media pantorrilla con los bajos descocidos y gastados. Unos zapatos que nunca fueron de domingo. Y en el bolsillo del pantalón su navaja, la compañera que hacía las rayuelas. Nada más llevaba encima. En la bodega del barco quedó una manta que pudo subir a bordo, y que utilizaba para resguardarse cuando bajaban las temperaturas. Eran sus únicas posesiones.                 El capitán estaba encerrado en su camarote. El marino dio un toque en la puerta pero no recibió respuesta. Esperó unos segundos y volvió a la carga. ¡Nada! Sacó el cuchillo que llevaba enfundado en la cintura, y con el mango, golpeó nuevamente una y otra vez con más fuerza en la puerta. ¡Un rugido estremeció el pasillo! __ ¿Quién llama a estas horas? __ ¡Perdone mi capitán! ¡Soy yo, el marinero que está de guardi

“EL RETRATO”

PUBLICACIÓN:(Ochenta y seis)                 Continuaron las rayuelas sobre la madera. Una tras una, por decenas. A la vez que las marcas aumentaban, también la presión de la navaja en la madera. Las últimas rayas eran tan profundas que su brazo terminaba agotado después de esculpir cada noche.                 ¡Maldita noche! Esa noche, al salir en busca de alimentos, fue sorprendido por un marinero que hacía su ronda nocturna. El joven Fermín se quedó paralizado y el marinero sorprendido. Tomó al chico por el pecho con tanta fuerza que lo alzó en vilo y lo llevo arrastrando escaleras arriba hasta la cubierta --¿Qué me van hacer?—Era la preocupación de Fermín. El marinero orgulloso de su captura lo miraba y se reía --¡Menuda suerte he tenido esta noche, he pescado una ratilla!— El lobo de mar con sus fornidos brazos examinaba su presa de arriba a bajo. --¡Te llevaré al capitán, él sabrá qué hacer contigo, andando!—Lo pescó estaba vez por el cuello y la cintura, y balanceándo

“EL RETATO”

PUBLICACIÓN:(Ochenta y cinco) No todos sobrevivían a una travesía tan larga. La hambruna, las tormentas, las enfermedades, la sed, y el calor abrazador quebrantaban la moral y la salud. ¡Hasta el punto de exterminar la vida! Fermín lo intentó todo para mantenerse con vida. Lo más importante, no dejarse ver durante el día en cubierta. En la noche salía de su escondrijo para beber y recolectar algún alimento que lo mantuviera en pie.                 ¡Uno más! Fermín con su navaja gravaba cada noche sobre la madera del barco los días de navegación. Cada raya un día. Las contó, y hasta el momento llevaba sesenta y cuatro rayuelas. Dos meses y unos días - -¿Cuántas marcas tendré que hacer para llegar, puede ser que no me alcance la madera del barco, o que mi navaja pierda el filo?-- Eran los pensamientos  que se hacía Fermín. Pero sabía que cada trazo significaba que su destino estaba algo más cerca.                 El joven Fermín remontaba el mar con rumbo incierto, al menos

“EL RETRATO”

PUBLICACIÓN:(Ochenta y cuatro)                 En la parte superior del escaparate dormita el retrato del bisabuelo. Con su posición tangible dominando el espacio. Su frondoso y erecto bigote da la impresión de vida en la foto. No se sabe cómo llegó hasta allí, pero desde que tengo uso de razón su imagen enmarcada la guardo en mi retina. Desde su rincón el abuelo controla el paso al comercio. Del viejo comercio que hace más de cien años abrió sus puertas por vez primera.                 Un diminuto negocio de apenas veinte metros cuadrados que el bisabuelo con su tesón supo expandirlo a otros veinte metros más. ¡El señor de los amplios bigotes sabía lo que hacía! Céntimo tras céntimo logró un montículo hermoso de monedas para alquilar el ruinoso local que se ha mantenido en la familia desde los comienzos del siglo pasado. Ahora yo lo llevo con mucho orgullo, y espero seguir hasta que el tiempo me lo permita.                 Fermín Fernández Falcons el bisabuelo, emigró de

“A MI AMOR”

PUBLICACIÓN:(Ochenta y tres) De la transparencia pura me quedo con el agua que se desliza por tu cuerpo en cascada vertiginosa. De la luminosidad de la mañana emigro a la sombra que silencia tus caderas ante mi asombro. De la claridad me quedo con los defectos porque ambos sabemos dónde se esconde la fragilidad. De los colores con el blanco que me provoca el pensamiento primario. De la noche con el día que desvela las pasiones veladas. De la luz me quedo con todo en porciones minúsculas para que el alma no se atragante. Si por motivos infalibles el agua, la luminosidad, la claridad, el blanco, el día, o la luz, se desvanecen de mi ser. No me lamentaría de su ausencia, porque en cada uno de los espacios del presente  y en cada intervalo del tiempo estás tú.

“LA MEDIOCRIDAD”

PUBLICACIÓN:(Ochenta y dos)                 Y si dentro de la mediocridad decides ser un vegetal, tienes dos caminos. Uno declararte hortaliza perenne, que no cumple función alguna. Y dos, hortaliza inconformista. Esta variedad de vegetal se pasa el santo día lamentándose. Hay que dejar de lamentarse. Porque si te decides por la segunda, serás declarado --¡Una mediocre hortaliza protestota!-- Cuando hablo de lamentarse no me refiero a un hecho concreto o una situación límite. Me refiero a los que culpan al mundo de su desgracia, y utilizan cualquier detalle para arremeter contra el causante de sus desdichas; según él o ella.                 Por experiencia propia, se que la mediocridad nos viene pisando los talones, y es sumamente complicado expulsarla de nuestra vida; pero hay que intentarlo. Un viejo refrán versa --¡Es preferible ser cabeza de ratón, que cola de león!—Si no podemos escalar más, por los motivos que sean, centrémonos en nuestras experiencias y posibilidades.

“LA MEDIOCRIDAD”

PUBLICACIÓN:(Ochenta y uno)                 Muchas veces les echamos la culpa de nuestros errores o fracasos a los demás. Es la forma de pensar de los mediocres; los que intentan llegar sin perder cosas por el camino. En esta vida, en la anterior, y en la que vendrá, hay que estar justo en el sitio que nos merecemos. No el sitio que se nos otorga por extrañas influencias, o el sitio regalado porque es lo estipulado; o simplemente sorteado entre dudosos aspirantes, no. ¡El sitio que debemos ocupar, es el merecido por el esfuerzo y la constancia!                 Sinceramente, es preferible estar en el nivel más bajo de cualquier escala, antes de ser un mediocre. Se llega a las alturas o se desciende al barro; pero quedarse flotando en la nada misma, es dañino. ¡Ojo, la mediocridad es contagiosa, porque sus caminos conducen al punto de partida! La suerte está echada si nosotros nos conformamos con esa decisión.                 Muchas personas se lamentan continuamente por su

“UN DÍA”

PUBLICACIÓN:(Ochenta) En las manos de la amada dejo los impulsos. Pequeños y primitivos impulsos que van al comienzo de mi sangre y rompe con el estado insólito de las ganas. Si fuéramos rumbo al bosque para recoger un poco de los sudores perdidos en el intento. De la constancia que se esconde en la inseguridad de lo auténtico. Si todo fuera perfecto y alcanzáramos el amor. Pero no el panfletario ni el consciente. El amor aislado, el que guardamos para después de los años injustos. El ínfimo amor que subsiste, el que dejamos en vendavales perdidos. De ese que no queremos recordar porque lo entregamos un día sin nombre.

“EL CANTANTE”

PUBLICACIÓN:(Setenta y nueve)                 Su madre lo incorpora, y Juan con el cuerpo magullado se apoya en su madre. Se dirigen al baño. ¡Juan Benito está a punto de llorar! En una noche lo perdió todo. En una noche su vida ha cambiado. La madre comienza a quitarle las ropas para que Juan se de una ducha; pero Juan no quiere oír hablar de agua. Lo sienta y abre el grifo del agua. Juan permanece inmóvil con la espalda apoyada en la bañera. La madre cierra la cortina.                 Del bolsillo del saco de Juan cae al suelo la estampita del santo. La bañera cubre su cuerpo y Juan se deja llevar con la cabeza apoyada en el borde. A la madre se le calló la estampita al doblar las ropas de Juan. La señora mira la imagen del santo y sonríe. Juan se moja la cara. Su madre recoge la estampita y la besa con pasión. Juan llora. Termina de colocar sobre una silla las ropas. __ ¡Muy bien hijo mío! ¡Ya tienes tu estampita del santo! __ ¿... .... .. .....? ¿... .... ...... ....

“EL CANTANTE”

PUBLICACIÓN:(Setenta y ocho)                 Por mucho que lo intenta la voz seguía ausente y Juan se perdía entre las dudas. __¿....  ....? –Su preciada voz no le sale por la garganta. __ ¡Seguramente bebiste toda la noche pillín! __¡¡.....   ....... .........!! --¡Qué tonterías dice mi madre! __ ¡Pobrecito estás sudando! ¡Ven al baño! ¡Cómo no te has podido levantar de la cama! ¡Pronto será de noche! ¡Has estado todo el día durmiendo! ¡No has hecho los vocalizos! __ ¿...........? – ¡Dios mío mi canto, qué hora será! __ ¿No puedes hablar hijo mío? __ ¡¡..........!! --¡No mamá, no puedo hablar! __ ¡Menuda juerga la de anoche! ¡Por esta vez, bien, pero que no se repita! __ ¡¡....  ....  ....!! --¿Qué dice mi madre si por poco me muero? __ ¡Muy hermosa y elegante la joven que te trajo esta mañana a casa! ¡Yo no estaba, pero todos los vecinos la vieron y me lo contaron! ¡Justo a la hora de tus vocalizos llegaron los dos en un auto! __ ¿.... ......? ¡¡.... ..

“EL CANTANTE”

PUBLICACIÓN:(Setenta y siete)                   Las otras cosas por decir, ya no son necesarias. Las palabras sobran. ¡Juan hierve de rabia! Se lanza con una fuerza desbocada sobre la mujer. Solamente ve su espalda pero Juan como un rayo va gritando su nombre-- ¡Y--m--a--S--u--m--a--c! --Esta vez dejaron de ser sílabas para ser letras sueltas. La mujer se da la vuelta y ve a un ser desaforado que intenta investirla. Busca apoyo con sus dos piernas y tropieza con la punta de un diente de perro. Juan salta sobre ella y la intenta coger por los brazos. Ella rueda por las piedras. Juan a lo único que se aferra es al aíre, porque la mujer ha caído del otro lado. Juan Benito prolonga el movimiento al vacío y continúa su viaje en dirección al mar. De lo alto del acantilado se ve como un hombre desciende como pájaro sin alas. La mujer lo sigue con la mirada hasta que su cuerpo impacta con el agua y Juan desaparece.                 En la calle Murallas 89 Juan Benito abre los ojo

"EL CANTANTE"

PUBLICACIÓN:(Setenta y seis)                     El sonido del mar es un coro polifónico que invita al sueño. El movimiento constante de las olas contra los arrecifes ha dejado de ser un remanso de paz. El agua se agita y se mezcla, se levanta y espumea. Chocan las olas unas con otras, y millones de gotas se dispersan en el aire. ¡Una y otra vez se repite, y una y otra vez vuelven a chocar! ¡Con la misma precisión métrica de una melodía bien interpretada! El agua del mar está endiablada. El tiempo está cambiando y Juan Benito no sabe qué hacer.                 Siguió la línea interminable de los arrecifes con la mano dentro del bolsillo del saco, sosteniendo con fuerza la estampita. El puño cerrado y dentro la imagen del desconocido santo. Su cabeza está como el tiempo, las ideas han desaparecido y su pensamiento nublado. Una imagen fija lo alentaba para continuar caminando entre los arrecifes en punta, como dientes de perros. ¡Ahora era una cuestión obligatoria encontrarse

“EL CANTANTE”

PUBLICACIÓN:(Setenta y cinco)                 El cantante Juan Benito no encontraba a su cantante. Mordía las palabras, las estrangulaba contra las paredes de su boca, las arañaba, y más tarde las lanzaba al exterior para que se buscaran la vida. Juan había perdido su paciencia, su humor, su temple, y estaba a punto de perder la fe. ¡Pero esto no se lo podía permitir! Hizo acopio de fuerzas y de las pocas palabras que le quedaban y esperó a que el anciano pescador hablara. __ ¿Qué nombre tan raro? __ ¡Su nombre es..........! ¿Dónde la vio? __ ¡Pero no estoy seguro..............! –En realidad no sabía que decir el pescador. __ ¡No importa! ¿Dónde? __ ¡Cuando estaba tratando de pescar, pasó pegada a los arrecifes una mujer! ¡Creo que estaba borracha! __ ¿Iba sola? –Preguntó Juan. __ ¡Si, pero estaba hablando sola! –dijo el pescador. __ ¡No hablaba, cantaba! __ ¡Sí, eso es, iba cantando con voz fuerte! –Lo confirmó el anciano con la caña de pescar --¡Maldecía a

“EL CANTANTE”

PUBLICACIÓN:(Setenta y cuatro) Fueron las palabras suplicantes de Juan Benito. __ ¡Por aquí han pasado muchas mujeres! ¡Algunas se detienen y otras continúan – Le respondió el anciano pescador. __ ¡No, a mí sólo me interesa una! __ ¡Todos tenemos una sola mujer en la vida! ¡La mía aún no ha llegado! –Sentenció el pescador. __ ¡No hablo filosóficamente! ¡Hablo de la cantante! __ ¡Claro, claro, le entiendo! ¡Usted la quiere que cante! --.Le contestó el anciano mirando al mar. __ ¡¡No!! ¡¡Yma Sumac!! __ ¿Yma Sumac no es cantante? –El pescador estaba confundido. __¡¡Sí, ella canta!! ¡¡Yma Sumac es cantante!! El anciano dudando el preguntó. __ ¿Su mujer? __ ¡Noooo, ella no es mi mujer!! __ ¡Despacio joven, no se moleste! ¡Voy a intentar entenderle! ¡Usted quiere una mujer que sea cantante, pero que a la vez no se llame Yma Sumac! ¿No es así? –Busco la respuesta en Juan pero no la recibió. __ ¡¡Yo no quiero mujer, ni cantante, ni nada!! ¡¡Escúcheme!! ¡¡Yo e

“EL CANTANTE”

PUBLICACIÓN:(Setenta y tres)  El mar bordeaba al hotel en forma de bahía de bolsa. Entre el mar y el hotel se interponía una estrecha franja de arena fina. En realidad, el hotel le robó al mar su espacio, y el mar golpeaba constantemente los muros del hotel para reclamar su espacio. Las olas se marchaban y regresaban con la intención de mantener su dominio.                 Sobre un arrecife un anciano pescador dejaba pasar el tiempo con su caña en la mano. El cielo se mostraba despejado y el mar se mantenía alerta. La brisa fue como un calmante para la cabeza de Juan Benito que le amenazaba con estallar. ¡De pronto la cuerda del pescador se tensó! El hombre intenta dominar la caña. Recoge y suelta. Vuelve a recoger y vuelve a soltar. Hasta que el pez cansado renuncia a su libertad. El pescador termina por dominar la situación, y alzando la caña saca el pez del agua. ¡Un hermoso pez dorado! El anzuelo atraviesa la garganta del ahora pescado, y de sus branquias se escapan pequ

“EL CANTANTE”

PUBLICACIÓN:(Setenta y dos) __ ¡La señorita estaba con un caballero! ¡Estuvieron un buen rato en el agua y después se fueron a la tumbona! ¡No sabía hacia dónde mirar! ¡Para no perder la cabeza me concentré en las líneas de la luna! __ ¡Qué habla usted, Yma Sumac no se bañaría desnuda ante un hombre, y menos dos! ¡Es una señorita! __ ¡No lo dudo, pero al parecer estaba algo relajada! –lo confirmó con la pipa en la mano. __ ¿Cómo sabe usted que es la persona que le hablo? __ ¡Su nombre es.........Irma.......Yma.......sí claro, fue como le llamó el caballero que estaba junto a ella! ¡Hablaron de una ópera! ¡Son los cantantes de la ópera! –lo dijo con seguridad. __¡¡Hacia dónde fueron!! __ ¡Después de un rato se vistieron, y la señorita se dirigió a mí para pedirme fuego! ¡Tenía un acento extranjero! ¡Me dio las gracias y se fue con el caballero cantando una canción hacia el mar! – al anciano se puso la pipa en la boca. __ ¡¡No puede ser, una cantante fumando!! –Las