" POEMARIO NEGRO XI "



 Un coche
algo misterioso
se detiene en el portal.

Por la escalera
dos jóvenes
uno decidido
el otro resignado
se disponen a montar.
En marcha
se alejan de la ciudad.

Ya no se escucha al cantante
triste sinfonía
en sí menor.

Siguen los tambores
no piensan parar.
Retumba el edificio
las paredes sin pintar
el techo medio inclinado
los cimientos por temblar.

Al cielo
un animal en sacrificio.

Canto, sangre, paz.
Unos se acercan
otros se pierden
los menos disfrutan
los más ya no están.

La tarde regresa
cansada de andar.
Algunos pretenden,
pretenden llegar.
¿ Los locos se van ?

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