" EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA " (Capítulo XXXVI)
EL MAR (EL comienzo)
Estoy aquí nuevamente y será por mucho tiempo. No lo olviden.
Nos habíamos
quedado en que mi madre, el médico, y mi padre, estaban junto al niño. El mar
solamente escuchaba y el barco se dejaba llevar entre las aguas profundas del
océano. El silencio en cubierta se hizo denso, y todos, los que dormían y los
que no, hicieron un círculo alrededor de la madre y su hijo, para no perder
detalle de lo que iba a suceder. Posiblemente esta era la primera vez que un
doctor hacía el honor de mezclarse con los de cubierta.
El médico dejó el maletín sobre el suelo y
se acercó al niño y su madre. No fue necesario un examen profundo para saber
que la situación era complicada. El pequeño tiritaba, los temblores dominaban
todo su cuerpo, y su aspecto, estaba muy lejos de ser alentador. Después de
tomarle la temperatura y de comprobar el ritmo de su corazón, sacó del maletín
una pequeña botella de vidrio ámbar con un líquido espeso. Inclino al niño, y
le puso en los labios el frasco. El extraño brebaje penetró por la garganta del
pequeño de un golpe y sin avisar. Al parecer el sabor del mismo era espantoso,
por los movimientos de su cuerpo y la expresión de su diminuta cara. La escena
parecía surgida de uno de los lienzos del renacimiento. Un cuadro donde el
menor de los detalles poseía por si solo un valor dramático. El silencio fue el
único protagonista.
Puso el frasco dentro del maletín sin
decir nada, y mientras se incorporaba habló.
__ ¡Hay que esperar, solamente esperar!
__ ¿Qué hay que esperar?--- le preguntó la madre desesperada.
__ ¡Hay que esperar, si no es demasiado tarde! ¡Hay que esperar a
que la fiebre remita.............!
__ ¿Qué hay que esperar doctor?--- preguntó mi madre.
__ ¡Si no disminuye la temperatura en su cuerpo, nada se podrá
hacer!
__ ¿Por qué.........................?--- y el llanto de la mujer
rompió el silencio.
__ ¿No se puede hacer alguna otra cosa doctor?--- preguntó mi
padre sin perder la calma.
__ ¡No! ¡Solamente Dios..............! ¡No! ¡Nada más puedo hacer!
__ ¿Hay alguna esperanza?--- dijo mi madre.
__ ¡Que el medicamento detenga las fiebres! ¡Los síntomas.............!
¿Señora, el pequeño ha comido o bebido............?--- le preguntó el médico a
la madre.
__ ¡Comer...........poco doctor, y hemos bebido del agua de ese
tonel que está allí! ¡Lo ha puesto la tripulación antes de partir para que todos
bebamos!--- contestó la madre.
__ ¡No puedo hacer un diagnóstico certero, pero el niño presenta
manchas en la piel, inflamación en las articulaciones, deshidratación, y
fiebres altas! ¡Puede que sea fiebre palúdica, o una especie de fiebre.................,
pero no estoy seguro! ¡Como le he dicho, hay que esperar que el medicamento
actúe en su organismo! ¡Estos barcos llevan y traen muchas enfermedades
infecciosas! ¡Lo único que podemos hacer es esperar que amanezca!--- tomó su
maletín y se puso en marcha.
__ ¡Espere doctor!--- dijo mi madre cortándole el paso--- ¡Venga
por favor!--- y lo llevó hasta el tonel que contenía el agua--- ¿Piensa que
puede ser................?
__ ¿El agua? ¡Posiblemente! ¡No es la primera vez que hago esta
travesía, y he visto muchos hombres en apariencia sanos, que antes de llegar al
destino han muerto presentando estos síntomas! ¡Es un viaje, difícil, para los
que van en cubierta! ¡Muchos suben a bordo portando enfermedades e infecciones,
y a esto hay que sumarle las pésimas condiciones..........! ¡Usted sabe!
__ ¡Claro que lo se doctor! ¡Lo se muy bien!--- sin darle tiempo a
decir una palabra más, le dijo--- ¡Tome, esto es por su trabajo!--- y le
extendió la bolsa con todas las monedas en su interior.
__ ¡Mañana hablaremos!--- y sin decir nada más, dio media vuelta y
se marchó en dirección a su camarote.
Pocas horas
faltaban para que el sol brillara en el horizonte. Todos regresaron callados a sus pequeños espacios en cubierta, junto a las pocas pertenencias que llevaban
consigo. Cada uno buscó el acomodo del cuerpo y otros simplemente se quedaron
con la mirada perdida en busca de una estrella que los iluminara durante toda
la travesía.
Mi madre y
mi padre comenzaron a caminar en silencio, ninguno de los dos le dijo al otro,
me acompañas por favor. ¡No! ¡Solamente se alejaron de los cuerpos tendidos en
el suelo!
Antes de
salir de cubierta, mi madre giró la cabeza y vio a la madre que entonaba una
canción de cuna a su hijo en brazos. ¡Se miraron, nada más se miraron!
__ ¡Estoy muy cansada, tengo tantos años de cansancio!—fueron las
únicas palabras que se escaparon de la boca de mi madre.
__ ¡Esta noche ha sido larga! ¡.........................! ¿Por qué
no vas a descansar? ¡...................! ¡Si tuviera un camarote te ofrecía mi
cama, pero sólo te puedo brindar un pedazo de suelo entre las cazuelas y las
patatas, y sin que se de cuenta el cocinero!--- fueron sinceras las palabras de
mi padre.
__ ¡Gracias, pero mi cansancio va más allá de mi cuerpo! ¡El
pensamiento, los sueños, el alma, todo lo tengo cansado! ¡............! ¡Esta
noche creo que tengo más años! ¡Qué soy mucho mayor! ¡...................!
¡Gracias, pero quiero estar despierta cuando amanezca! ¡Seguramente me quedaré
por aquí!
__ ¡...................! ¡Si no es una molestia para usted, me
gustaría acompañarla pero,...................el resto de mi vida!--- no fue
nada fácil para mi padre decir lo que
sentía, pero lo soltó de un solo golpe.
__ ¡...................!--- mi madre quedó sin habla.
__ ¡La he ofendido!
__ ¡No! ¡No, es que no esperaba..............!
__ ¡Creo que en mi destino estaba este barco, y dentro de él, lo más
amargo y dulce que me ha podido pasar! ¡Esta noche he sentido de cerca el dolor
y el sufrimiento! ¡Es difícil pensar que la vida de una persona depende de las
monedas que lleves en lo bolsillos! ¡La justicia no se divide en partes iguales
para todos! ¡No, claro que no! ¡Pero también descubrí que en esta vorágine hay
esperanzas! ¡Qué no todos somos iguales, y que la bondad existe! ¡Cuando la
conocí, el mundo se me hizo más amplio, y supe que mi vida, de alguna forma, estaba
tomando sentido! ¡Ahora, en esta noche en calma, descubrí la entrega sin
condición, y supe que el pequeño no está solo! ¡He visto por primera vez el
amor, y lo vi en sus ojos! ¡.........................! ¡No quiero perder la
dulzura que por algún motivo se me ha revelado!
__ ¿Si no le escuché mal, me dijo que era hombre de campo?
__ ¡Sí señorita!--- afirmó mi padre.
__ ¡Sus palabras de hombre de campo..............................,
me han ruborizado!
__ ¡No era mi intención! ¡Si, soy de campo, pero siempre he
intentado conocer lo que se esconde más allá de mis narices! ¡Aprendí a leer y
escribir por mi abuela, y lo demás me llegó como caído del cielo! ¡La tierra y la
lectura, siempre han estado presente en cada instante de mi vida!
Mi padre
continuó hablándole a mi madre sobre su mundo. De sus pensamientos y sus
sueños. Le habló de amor, de sus ojos profundo, de su pelo cómplice del viento,
y de su benevolencia. ¡Mi padre habló, habló con sus labios, habló con el corazón
y habló con todo su ser! ¡No dejó de hablar, porque mi madre no dejó de
escuchar! Pasó el tiempo, y pasaron las horas, y mi madre supo que desde este
momento nunca más estaría sola. La voz de mi padre la relajó, y sus palabras la
llevaron hasta una nube cálida y placentera. ¡Cómo mismo les cuento, mi madre
me contó, que fue la primera noche que su cuerpo y su mente descansaron sin
miedo y sin prisa!
__ ¡Está amaneciendo!--- dijo mi madre.
__ ¡Sí! ¡Un día más, o un día menos!--- contestó mi padre.
DISEÑO GRÁFICO: MANDY BLUE.
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