" EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA "
(CAPÍTULO XL)
Una semana más y estoy aquí
nuevamente. No sé cuántos días han pasado desde la última vez que estuve contándoles
mis penas, porque para mis años, estas historias no son más que lamentos de
vieja decrépita. ¡En fin, a la labor! Quiero, si me lo permiten, seguir con la
historia de mis padres. ¿Se preguntarán, por qué no termina de una vez con su
historia de amor? ¿Por qué la historia de sus padres es tan importante? ¡Es
simple mis queridos nietos, mis recuerdos están como yo! ¡Un día me levanto ágil
y posiblemente con algunos años de menos, pero no siempre es así, la mayoría de
los días, no sé en qué año estamos! ¡Estos son los motivos de mi constante vaivén!
¡La historia de mis padres es mi historia! Desde niña crecí, y me alimenté con
estos relatos que me contaban mi madre y mi padre. ¡Es mi esencia, mi
fundamento, mi raíz, mi verdadera razón de ser!
EL MAR (El comienzo)
En pocos segundos amaneció, y
mi madre despertó con su cabeza apoyada al pecho de mi padre. Sin darse cuenta
y en un corto tiempo se quedó dormida. Fueron contados los minutos que su
cuerpo y su mente descansaron, pero fueron los suficientes para sentirse bien. Mi
madre no se asustó al ver que mi padre la sostenía con sus brazos, y que los
dos estaban sentados sobre el suelo húmedo, apoyados el uno en el otro. Mi madre
simplemente se entregó al sueño y a la tranquilidad. ¿No recuerdo si en algún momento
les comenté que fue la primera ocasión que mi madre descansó desde que tomó el
barco? ¡No, no lo recuerdo, pero descansó, y se sintió segura!
El mar estaba sereno, muy
tranquilo, y el barco simplemente se dejaba llevar, siguiendo el rumbo que le
había impuesto su capitán. Mi madre había descansado, pero mi padre, que no pegó
un ojo en toda la noche, estaba………feliz. Por algún instante tuvo en sus brazos
al amor de su vida, el primer amor. Mi padre, hombre de campo, se decía, que
los pobres no se podían dar el lujo de equivocarse porque les suponía doble
coste, pero en esta ocasión su precepto no lo tuvo presente, nada más se dejó
llevar por su instinto. ¡No sabe cómo, por qué, una razón concreta, real; no,
simplemente y profundamente, se enamoró de la hermosa chica de cabellos largos
al viento!
Ahora deseaba que el tiempo se
detuviera, y que la luna regresara al principio de su nuevo ciclo, para tener sobre
su pecho la cabeza de mi madre, y confesarle nuevamente que la amaba.
__ ¡Me he quedado dormida!
__ ¡Solamente muy pocos minutos!—contestó
mi padre.
__ ¡Creo que algo más de una hora, no lo
sé!—dijo mi madre incorporándose.
__ ¡Yo tampoco lo sé! ¡Te estaba
hablando cuando comprendí que te habías dormido sobre mi hombro, no supe qué
hacer!---y se levantó de un salto--- ¡Te sostuve con mis brazos para que no te
calleras……..!
__ ¡Gracias, es la primera…………! ¡Siento vergüenza
con usted, esto antes no me había sucedido!
__ ¡No tiene que disculparse señorita!---le
dijo mi padre para que no se sintiera mal.
__ ¡Estaba tan cansada!
__ ¿Cómo se siente ahora?
__ ¡Bien, muy bien! ¡Tengo la sensación de
un sueño muy largo! ¡Creo que tuve un sueño!
__ ¿Sí? ¿Qué soñaste?---le preguntó mi
padre.
__ ¡No lo recuerdo, creo que me hablabas
y tus palabras se alejaban…….y un niño! ¡El pequeño! ¡Tengo que verlo!--- y fue
cuando recordó toda la noche anterior, y sin decir nada más se puso en marcha.
__ ¡Espera, te acompaño!--- le dijo mi
padre, pero no alcanzó a escuchar.
Mi padre la vio alejarse
por el amplio pasillo de la cubierta en dirección a proa, hasta que su hermosa
figura se perdió con la neblina de la mañana. La vio marcharse, pero en esta
ocasión sabía que muy pronto estaría con ella nuevamente, y que sus palabras,
si no fueron escuchadas porque se había quedado dormida, las volvería a repetir
con mayor pasión, para que supiera, que su amor era firme, como la tierra que
esperaban al final del viaje.
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