" EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA"
(Capítulo XLI)
Al llegar a cubierta, el
médico tenía en sus brazos al bebé. El aspecto del pequeño era diferente, su
carita no estaba pálida, y los ojitos le brillaban como dos farolillos. Mi
madre lo miró y sonrió. Al parecer el medicamento hizo su efecto en la noche. ¡Un
milagro que no esperaban! La esperanza de sobrevivir en estas condiciones es
casi nula. El doctor dejó sobre el pecho de la madre al bebé y le comentó.
__ ¡Creo que está fuera de peligro!
__ ¿Está seguro doctor? –Era la duda de la
madre.
__ ¡Nada es seguro señora, pero su
organismo reaccionó al medicamento! ¡Debemos esperar un par de días más, para
ver como evoluciona!
__ ¿Seguirá atendiéndolo doctor? –Le
preguntó mi madre.
__ ¡Usted y yo hemos quedado……..!
__ ¡En un trato, y no me olvido de él! ¡Usted
cuide del pequeño y será recompensado!
__ ¡De eso precisamente le quería
hablar! –Le comentó el médico.
__ ¡Cuando usted diga doctor!
__ ¡Hoy en la tarde pase por mi camarote!
__ ¡Muy bien, allí estaré! –Le contestó
mi madre.
Mi madre sabía que ahora le
tocaba pagar con sus ahorros el tratamiento del pequeño, pero no le importaba. Estaba
satisfecha con la decisión que había tomado. ¡Si no lo hubiera hecho, el niño
en este momento estaría muerto!
Mi padre escuchó en la cocina
mientras pelaba patatas, que la travesía estaba a punto de concluir. En algo más
de una semana, el barco llegaría a tierra firme. A mi padre le pareció corto el
viaje. Por él, continuaría sin rumbo fijo por otros mares. ¡Siempre con la
condición que mi madre lo acompañara en su recorrido! Se enamoró hasta el tuétano y mucho
más. ¡Ahora mi madre es el presente y futuro de mi padre!
En los siguientes días mi
padre alimentó a mi madre con lo que se podía llevar de la cocina, y mi madre
alimentó a la familia del bebé, con la mitad de lo que le traía mi padre. ¡Fue
una acción de bondad y humanidad sorprendente! Era bien poco, pero suficiente
para saber, que nunca se está del todo solo, y que siempre hay una mano piadosa
dispuesta a ayudar. ¡Comieron patatas y nuevamente patatas, pero llenas del
amor de mi padre! Cada uno subió al barco sin conocer al otro, ahora están unidos por una fuerza superior. ¡De alguna manera se sintieron que eran una familia!
De esta manera mi madre y mi
padre se conocieron, y así comenzó todo.
DISEÑO GRÁFICO: MANDY BLUEE.
Comentarios