-- EN LA INTIMIDAD –
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1 --
¿Nunca han pensado en lo que
hace el vecino o la vecina cuando están completamente a solas? ¡Sería un placer
inmenso mirar sin ser descubiertos! ¿Saben por qué? ¡Porque conociendo que nosotros
en la misma intimidad hacemos cosas inconfesadas, nos produce morbo y
curiosidad!
Si en la vida diaria fuéramos
capaces de actuar con la misma seguridad que en la íntima, seguramente nos
comeríamos el mundo. Cuando estamos dentro de las cuatro paredes de nuestra
habitación, en el cuarto de baño, o simplemente dando un paseo por el campo,
experimentamos la seguridad de nuestro mundo. ¡Estamos protegidos del exterior,
y nos hace inmunes! Nuestros complejos, inseguridades, dudas, lamentos,
desamores, se expanden cuando nos tenemos que relacionar. Entonces hacemos todo
lo contrario, intentamos ocultarlos, y es cuando se hace más evidente.
Dentro de la cabeza llevamos
las intimidades, la cabeza hace la función de la habitación o del cuarto de
baño. Estos problemas al exponerlos ante nosotros entramos en una
contradicción. ¡Debemos reconocer, que algo nos molesta y nos quita el sueño!
Un ejemplo. Nos vamos a duchar y al desnudarnos tenemos que contemplar alguna
parte de nuestro cuerpo que condenamos, que si pudiéramos, la cambiaríamos en
un abrir y cerrar de ojos. ¡Es cuando el problema sale de la cabeza y lo
enfrentamos en nuestra intimidad! Hay dos soluciones, continuar lamentándonos
la vida entera, o hacer de los lamentos un mecanismo de escape.
¡Ojo! En muchas ocasiones lo
que llamamos problema es una variación o puntos de vistas enfrentados. ¡La
perfección está en el equilibrio de cada uno de los elementos que intervienen!
Esto sin nombrar que hay unos parámetros sociales que enmarcan esta cuestión.
Se habla de una belleza. ¿En qué radica la belleza? ¡En falsos patrones y en la
duda de los inseguros! ¡Es terrible nombrar a la mujer más sexi del mundo! ¡A la
más perfecta! No es así, esto no es más que un truco que utilizan los poderes
para mantener una confrontación entre bandos. En un bando están los inseguros y
defectuosos que añoran ser supuestamente perfectos. ¡Este bando es el más
numeroso! Y en el otro bando esta la belleza y la perfección creada bajo estos
cánones antes nombrados. Esta belleza tiene una vida limitada, porque muy
pronto será desbancada por otra belleza más rentable.
La solución radica en enfrentar
el problema y no negarlo. ¡En hacerlo evidente! Sacar a la luz las dudas y los
complejos y mostrarlos a la sociedad, para que vean que el mundo tiene más de
dos dimensiones. ¡Es complicado pero les aseguro que da formidables resultados!
-- 2 –
En el primer capítulo le
comentaba sobre la posibilidad de traspasar las paredes y la distancia para
contemplar en completo anonimato la intimidad del vecino. ¡Es un hecho que
todos deseamos y que en muchas ocasiones forman parte de nuestros sueños
eróticos o morbosos! ¡Si, es verdad que me pueden decir que nunca soñaron sobre
mirar al cuarto de baño o a la habitación que vemos desde nuestra guarida, está
bien; pero sí estoy casi seguro, que lo han pensado en alguna ocasión! ¿No es
verdad? ¡No me mientan! No es para nada un pecado. Nuestro cerebro está
organizado para captar motivaciones de nuestro entorno. Cada día llegan a él
imágenes que se archivan en la memoria para ser utilizadas en la menor
oportunidad posible. La complicada maquinaria cerebral recibe impulsos
nerviosos en forma de pequeñas descargas eléctricas que lo mantiene en forma.
Esta dosis automatizada se complementa de forma conciente. ¡Nuestra labor sería
el apoyo sensorial más especializado, por medio del voyeurismo intelectual!
Este concepto de voyeurismo
intelectual no se menciona en alta voz. ¡Al parecer observar por una rendija
desde un lejano balcón, o desde una espesura a los cuerpos que se doran sobre
la arena de una playa, o por la ventana entornada de un edificio multifamiliar con
unos prismáticos, es de personas con sus cabales descontrolados! ¡Lo que
pudiera rosar con la inmoralidad, es la intromisión en la intimidad de la
persona que se observa, pero nada más! ¡Entonces miremos a las que saben que
las estamos mirando! Esta contemplación de un acto privado activa las neuronas
del cerebro, y el corazón bombea la sangre a mayor fuerza por todas las venas y
arterias de nuestro cuerpo. ¡Es un antídoto contra la arteria esclerosis! ¡Si
queremos estar sanos de cuerpo y mente miren simplemente, no importa hacia
dónde, miren a gusto con toda la intención del experto buscador de sensaciones
ocultas! ¡El mirar produce un placer rejuvenecedor!
Y el mirar va desde la
admiración por la contemplación de los atributos del vecino o la vecina que por
descuido dejaron la puerta del balcón abierta o la cortina del cuarto de baño
sin cerrar, hasta la discusión acalorado entre un matrimonio que se echan en
cara sus infidelidades más bajas. ¡Es contemplar que la intimidad genera
acciones disímiles y que la nuestra puede ser muy parecida a la tuya, o a la de
todos! ¡Una cosa si es primordial y satisfactoria, el saber que solamente el
vecino o la vecina, y nosotros, somos los únicos sabedores del secreto que existe
entre el actor y el espectador!
Continuará.............http://lostrucosdelalma.blogspot.com
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