" EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA Capítulo XXXIV
“El MAR” (El comienzo)
Algo he descansado en la semana,
pero para ser sincera, me siento mucho mejor cuando pongo la mente en
movimiento, aunque sea a golpe de recuerdos. ¿Saben mis queridos nietos? ¡Soy
mucho más joven cuando el pasado lo traigo al presente y tomo de él lo positivo
y lo que me puede llenar en algún instante de debilidad! ¡No soy tan fuerte
como posiblemente han pensado! ¡Me siento fuerte espiritualmente, y cada día
mucho más! Siento que la vida me está recompensando en estos últimos años, y
que cada espacio de tiempo, es un privilegio poder saborear. ¡Sí mis queridos
nietos, soy feliz! ¡Muy feliz! Lo que me pasa, es que no sabría explicar en
palabras el sentimiento sublime que experimento, creo que es algo muy personal.
¿Pero saben lo mejor? De los momentos más delicados, amargos, o al límite de mi
vida, me he alimentado, y su negatividad ha fortalecido mis huesos, mis
sentidos, y mi alma. De la vida he aprendido a utilizar lo más deprimente y
oscuro, para transformarlo en algo hermoso. Cuando fui algo más joven que
ahora, mis errores pesaban demasiado, ahora los llevo sobre el pecho como
merecidas medallas ganadas en batallas miles. ¡Pero qué estoy haciendo.......!
¡Siempre me repito que no me voy a desviar por otro camino.........! ¡Al grano,
que todavía me queda mucha historia por contar! ¿Recuerdan dónde me quedé? ¡Yo
no lo he olvidado!
Mi
madre, como una atormentada, corrió a lo largo de cada una de las pasarelas del
barco buscando ayuda. Su voz engolada de actriz dramática hizo presencia en el
pasillo para que la escucharan de una vez, pero nada. Cada una de las puertas
de los camarotes no respondió, se mantuvieron cerradas. Todos dormían, o al
parecer, sus oídos no eran sensibles al reclamo de mi madre. En cubierta, cada
uno de los viajeros, siguieron con sus sueños. Ellos tenían bastante con sus
problemas, que no eran pocos. Desde la pasarela mi madre vio como la mujer se
puso en pie y con el niño en brazo, lo elevó con sus dos manos en dirección al
mar; y con la voz más desgarrada, más desgarrada que su ropa, imploró:
__ ¡Diosa del mar, aquí lo tienes, es tuyo, llevarlo contigo; pero te pido que no sufra en su nueva vida, como lo ha hecho aquí
en la tierra! ¡Pero si puedes diosa del mar, te lo suplico, salvarlo, que
yo te doy mi vida! ¡Llévame si quieres, pero no a él, deja que mi hijo llegue a
su destino.................!
Las palabras de la pobre mujer
se perdieron en la noche, y su voz, se quebró como la ola que va rompiendo con
furia contra el armazón del abarco. Es un número más el pequeño a bordo, que
posiblemente muy pronto, su pobreza lo conducirá al mar. El problema de los
pobres es un engorro para los ricos.
Desde la pasarela mi madre vio
todo el ritual de la pobre mujer y su hijo. Fue el primer instante de su vida
en el que sintió la inseguridad y la duda. ¿Qué hacer? ¡Pero lo que haga debe
ser ahora! Se llevó la mano al pecho de dolor, aguantando la impotencia que la
estaba comiendo por dentro, y sin darse cuenta, entre pecho y pecho, encontró
la salvación. Entre su piel y el refajo estaba su futuro, la pequeña bolsa con
todos sus ahorros. Su sueño guardado con mucho celo. ¡El sueño de algún día
llegar ha ser una actriz reconocida en todo el mundo! ¿Su sueño o la vida del
niño?
Mi querida madre, sabía, que
con el dinero se abren todas las puertas, aunque estas sean puertas de
camarotes sordos que no deseaban escuchar. ¡Sacó la bolsa del pecho, la llevó a la
altura de sus ojos y gritó con la fuerza de sus entrañas:
__¡¡Un médico, necesito un médico
urgente!! ¡¡El que responda, al instante tendrá una compensación generosa!! ¡¡Sus
honorarios más la recompensa!!— colocó la bolsa sobre la palma de la mano y la levantó de golpe, para que las
monedas chocaran entre ellas.
¿Qué efecto causa el sonido del metal?¡Don dinero! ¡Poderoso
caballero! ¿Qué lástima de época? ¡Aunque la nuestra no se queda muy retrasada! ¡...................! Mis
nietos es hora de marcharme,.................................. pero no por mucho tiempo.
Comentarios