"""" LOCOS """"
- III –
Para tranquilidad de mi
familia, y para que la reputación de mi madre no quedara manchada con un
antecedente de esta índole, fui llevado ante un loquero. En realidad mi caso
fue expuesto ante variados, pero muy variados especialistas durante algunos meses. Muchos meses. Todos de una u
otra forma coincidían en lo mismo, pero en mi madre había penetrado la duda.
Los especialistas le dijeron a
mi madre, que en mí persona, no existía síntoma de locura alguna para llegar a preocuparse. Simplemente, como un niño más, estaba desarrollando
una imaginación desbordada, posiblemente influenciada por algún factor externo;
pero que podía llegar a repercutir directa o indirectamente, en la personalidad
dúctil e inmadura que estaba en proceso de formación. El concejo de todos los
especialistas fue el mismo:
“Usted simplemente observe”, y mi madre observó, claro que observó, a todas horas.
“Usted simplemente observe”, y mi madre observó, claro que observó, a todas horas.
Esta “observación” de los
loqueros, transformó no solo mi personalidad, también mi espíritu, lo hizo más
rebelde. De alguna forma el parque, se convirtió completamente en mi
refugio. Después de esto, mi madre no vio con buenos ojos mi constante visita
al parque, y en alguna ocasión, me siguió, sin saber que su hijo, su problemático hijo, era el más
fiel espectador del mayor de los locos.
Continuará..........................
Continuará..........................
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