¡EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA!
(CAPÍTULO XLVIII)
Mi madre me contó que regresó
de la muerte para reunirse con mi padre. ¡Una promesa era una promesa y su vida
desde el primer encuentro con él no sería la misma! Por este motivo y por
muchos más no se podía quedar con los brazos cruzados. No dejaría que el
destino o lo que fuera cambiara el curso de su existencia. Sabía que dentro de
su pecho el sentimiento que guardaba era muy profundo, tan profundo como para
llamarlo amor.
Al despertar comprendió que no
estaba en el muelle. La habitación era demasiado amplia y con todas las
comodidades necesarias. La decoración y los muebles desbordaban opulencia. La
firme cama de madera torneada hacía que su consumido cuerpo se perdiera en las hondonadas
de sus apacibles sábanas. Nunca antes había descansado sobre una cama tan descomunal.
Por una de las cortinas entraba la luz. Mi madre intentó levantarse pero su
cuerpo no estaba dispuesto a permitírselo.
¿Qué había pasado? Se
preguntaba una y otra vez sin encontrar la respuesta. Lo último que recordaba
era su patética figura sobre el mugriento muelle.
__ ¡Buenos días señorita!
¿Está usted bien? –La voz la tomó de sorpresa.
__ ¿Dónde estoy? –Preguntó
mi madre.
__ ¿Ha descansado usted
bien? –Le dijo la joven mientras abría del todo las cortinas.
__ ¡Tengo sed! –Le contestó
mi madre.
__ ¡Espere un momento que
es la hora de tomar la medicina!
__ ¿Qué medicina, yo estoy
bien? –Las palabras de mi madre no encontraron sentido.
__ ¡No está bien! ¡Estas
medicinas se las mandó el doctor! ¡Es el mejor médico de todo el país señorita!
¡No debe tener miedo!
__ ¿Qué médico? –Preguntó
mi madre.
__ ¡Abra la boca!
__ ¡No quiero! ¡No se lo
que me está dando! –Negó con la cabeza mi madre.
__ ¡Si no abre la boca
tendré que llamar al mayordomo para que la sostenga por los brazos! –Lo dijo
con seguridad la joven-- ¿Qué me dice?
__ ¿Dónde estoy?
__ ¡Ya se lo he dicho
antes! ¡En una de las mejores y más ricas familias de todo el estado!
__ ¿Qué familia? –Mi madre
se encontraba completamente perdida.
__ ¡Hoy hace un día
hermoso! ¡Venga, que después de tomar la medicina la voy a peinar! ¡Si está más
fuerte la llevaré con cuidado a la ventana! ¡Claro, si el doctor lo permite!
La joven continuó con su largo
discurso. Mi madre no tenía fuerzas para proseguir con las preguntas. La joven
le metió en la boca las píldoras, y acto seguido le acerco a los labios una copa
para que bebiera. La inclino con cuidado, y comenzó a alisar el cabello de mi
madre.
__ ¡Verá que bella la
dejo para cuando llegue el doctor! –Dijo orgullosa la joven.
Continuará.....................
DISEÑO GRÁFICO: MANDY
BLUEE.
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