" ¡EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA! "
(CAPÍTULO LI)
En menos de dos meses la
guerra estalló. El país se vio envuelto en una guerra injusta y cruel. De la noche
a la mañana todo cambió. El territorio nacional se dividió literalmente en dos.
Los que pertenecían a un bando y los que conformaban el otro. Los vecinos rompieron
cualquier relación entre ellos y se convirtieron en enemigo públicamente declarados.
Las familias se fraccionaron. Los hermanos se enfrentaron. Los padres es desplegaron
en contra de sus hijos. ¡Se instauró la desconfianza y el rencor! ¿Por qué un
país íntegro se alistó a una locura tan desproporcionada? ¡Lo que habíamos
ganado en años empezaba a rodar por los suelos! Fue el instante en que comprendí
que nos encaminábamos a la perdición sin posibilidad de otra opción. ¡En esta turbulencia
de ideas y reproches nuestra relación se resintió!
Pasó una semana desde que mi padre y mi caballero
tuvieron la conversación en el limonero. Hasta entonces mi madre y yo estábamos
ajenas a los acontecimientos venideros. En un principio pensamos que este
encuentro sería para confirmar nuestra relación, y que al final se había decidido
a pedir mi mano; pero con los días sentí miedo. Agustín dejó de ser el mismo.
Su mirada dejó de acariciar mi cara y sus ojos perdieron el brillo necesario
para sentir que el hombre de nuestro sueño nos ha dejado de amar. Los encuentros
fortuitos desaparecieron y únicamente nos quedamos con las visitas semanales. ¡No
deseaba continuar de esta manera!
__ ¡Agustín! ¿Qué pasa?
__ ¡Nada! –Me contestó con la
mirada fija a las baldosas del salón.
__ ¿Cómo que nada? ¡Algo está
pasando por tu cabeza!
__ ¡....................! –Simplemente
cambió hacia otro espacio su centro de atención.
__ ¿Has dejado de amarme?
__ ¡No! ¡No! ¡No! –Su reacción fue
inmediata-- ¡Claro que te amo!
__ ¿Entonces no me dejes con esta
angustia y cuéntame lo que te pasa?
__ ¿Es que...........? –Estaba
perdido en sus divagaciones.
__ ¡Me estás matando!
__ ¡Me voy a la guerra! –El nudo
que tenía en la garganta desapareció de golpe-- ¡En algunas semanas, o quizás
menos, no lo sé, tengo que partir! ¡Estoy reclutado en el cuarto escuadrón de
infantería!
Se me nublaron los ojos y los sentidos. Para no romper a llorar torcí la
cabeza hasta dar con la silueta de mi madre que escuchaba junto a la cortina
del salón. ¡Ella ya estaba llorando, porque momentos antes mi padre le describió
la situación destructiva que atravesaría el país! ¡Lo que no le contó mi padre
fue su pertenencia a la reserva; ahora era un integrante de uno de los bandos! ¡Con
toda probabilidad en el frente de batalla mi padre y mi amado se encuentren
como enemigos declarados!
Continuará...........................
DISEÑO GRÁFICO: MANDY BLUEE.
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