¡EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA!
(CAPÍTULO LIV)
Pasaron los meses. Varios
meses. No puedo afirmar cuántos fueron pero los suficientes para sentir el
hambre en las costillas. La vida en la ciudad se hizo insoportable. La mayoría
de los negocios cerraron y encontrar lo necesario para mantenerse en pie fue
una odisea. Las velas, el carbón, la leña, o cualquier combustible o medio para
calentarnos se pusieron a precio de oro. Mi madre nunca demostró que la situación
era insoportable, ella simplemente callaba y aguantaba para que yo no perdiera
el control.
__ ¡Hija creo que debemos darnos
un paseo largo por el campo! –Me dijo sin darle demasiada importancia.
__ ¿Ahora madre? –Le pregunté.
__ ¡Ahora, mañana, al final de la
semana, pero creo que debemos respirar aíre puro! ¿Qué te parece si vamos a
casa de la tía Rosaura? ---Me preguntó-- ¿No es mala idea verdad?
__ ¿Un viaje tan largo en estos
momentos madre? –Le contesté.
__ ¡Sí! –Me respondió.
__ ¿Por qué tiempo?
__ ¡Por el necesario hasta que
termine esta monstruosidad que está destruyendo la vida de todos! –El sentimiento
se le escapó del pecho y toda la impotencia acumulada estalló en una frase.
__ ¡Tienes razón madre!
A la mañana siguiente partimos
con el poco alimento que nos queda rumbo al campo. No estábamos seguras cuándo
llegaríamos, ni cuando regresaríamos. Los hombre estaban en la guerra y la
ciudad se perdió entre el silencio y el polvo. ¡Ahora nada poseía un valor
superior a la vida de nuestros padres, maridos, novios! Escribimos una carta a
mi padre y a mi caballero antes de partir para comunicarles que nos marchábamos al campo y la mandamos al
frente con la dirección de la tía. ¡Si nada malo ocurría recibiríamos respuesta en casa de Rosaura!
Continuará...........................
DISEÑO GRÁFICO: MANDY BLUEE.
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