MEMORIA DE UNA JOVEN
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__ ¿Cuál será la razón
para que algunas de mis amigas tengan éxito con los chicos y yo no? ¡No lo
puedo entender, y mucho menos comprender dónde es que radica el problema! ¿Será
que todo esto no sea más que un problema de liderazgo? ¿Será que no me gusta
complacer sin más el ego de las personas que me rodean? ¿O será que no cultivo la
moda del instante, que no es otra que seguir la corriente sin importarnos a
donde nos lleve? ¡No lo sé y comienzo a preocuparme porque cuanto más reflexiono
más daño me hago con mis solitarios pensamientos! ¡El hecho de estar sola y no
encontrar un chico algo tiene que ver posiblemente con mi forma de pensar o mi
comportamiento incondicionado! Es complejo, o al menos dificultoso ante la
sociedad. Veo a mis amigas que hacen un comentario, el más intrascendental, y
al momento tienen una respuesta masiva y unificada apoyándola como si hubiesen
descubierto alguna esperada fórmula para salvar millones de vidas, y no
comprendo este comportamiento que me deja pasmada cuanto menos. Si yo hago
algún comentario, doy mi opinión, o simplemente planteo mi punto de vista, soy ignorada,
por esto pienso que no soy un fenómeno de masas ante los demás, y esta actitud
es la que no me posibilita un contacto directo con el sexo opuesto.
Aunque parezca descabellado,
este racionamiento de la joven no estaba mal encaminado. Su presencia no era
requerida por la multitud, porque la joven en sí no formaba parte intrínseca de
esta manera de ver las cosas que ella llama corriente actual o presente, pero
aun así, la soledad es un problema cuando se desea estar acompañado, y es lo
que nuestra amiga desea resolver lo antes posible. Lo delicado del caso de la
solitaria joven radica únicamente en su espíritu, sí, en su espíritu, que la
conduce por derroteros adversos al resto de los mortales. Nuestra inquieta
joven deseaba amar con su espíritu, y no con las palabras
que pueden decirlo todo o nada.
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Continuará…………………
Fotos: ara.
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