LOBO-TOMÍA
No
sé muy bien qué hacer con lo poco
que
me ha quedado intacto.
En
estos precisos instantes no es mucho
pero
al menos da para un consuelo.
El
azar, algunos lúgubres caminos
y
mis intensas pasiones
han
terminado por agotar las reservas de estremecimientos.
Esas
piadosas mentiras que me han acompañado
a
lo ancho de mis embarazosos tropiezos.
Ahora
me encuentro aquí
varado
como un navío sin mar
como
un amante sin verso que no halla la certera métrica
para
adormecer los sentidos.
Y
es cuando se me empañan las horas
porque
el día se arrastra
para
que no lo vea marchar
detrás
de la luna.
De
esa engreída que cada mes
derrama
sobre mí su savia
y
no me deja otra opción
que
mirar al cielo y aullar.
Comentarios