----- " EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA " (Capítulo XXXII) ----
“EL MAR “ (El
comienzo)
Por casualidad o por el
destino, mi padre y mi madre tomaron ese día, el mismo barco, y con el primer
encuentro en la barandilla, comenzó el viaje de sus vidas.
Después de presentarse mi
padre, esperó que la joven tomara la iniciativa, pero mi madre no dijo nada.
Ella pensó, que el silencio poseía una fuerza dramática superior a las palabras
y dejó que los ojos de mi padre siguieran en su empeño. Nunca me pudo decir
cuanto tiempo estuvieron uno frente al otro, en quietud, como la mar cuando
está serena; pero continuaron hasta que un golpe de viento tomó la amplia
cabellera de mi madre y la dejó al descuido sobre su rostro. El pelo flamante y
largo de mi madre formó una cortina entre ella y mi padre. Ninguno de los dos
dijo nada, y nuevamente el tiempo se perdió en ese dilatado instante. Un
segundo, dos, tres, cuatro,................, y a mi padre se le antojó que no
eran suficientes, y se dispuso a esperar que llegaran los minutos con el ánimo
excitado. Mi madre, espiró profundamente sobre su pelo en un intencionado
suspiro, dejando por un instante uno de sus ojos libre, pero el empeñado
cabello, regresó al sitio de antes. Entonces, ahora, mi padre no quiso dejar
escapar el momento, y con cuidado, tomó con su mano izquierda el cabello de mi
madre, y desnudó todo su rostro con la seguridad de un experimentado estilista.
Sobre la piel pálida del rostro de mi madre, un tono rosado amenazaba con
difuminarse sin su consentimiento.
__ ¡Perdone mi atrevimiento, pero este
viento de mil demonios siempre hace de las suyas! ¡Es muy fino!
__ ¿Qué es muy fino, el viento?—preguntó
mi madre.
__ ¡No! ¡Su.............pelo señorita, su
pelo es muy fino, tan fino......... como la nada!—dijo mi padre.
__ ¿Es usted poeta?
__ ¡No! ¡Soy...............un hombre de
campo! ¡Sin saberlo, las palabras se me amontonaron en la boca y
escaparon!—contestó mi padre.
__ ¿Y que hace un hombre de campo flotando
sobre la mar?
__ ¡La poeta es usted
señorita............! ¡Pues me...........! ¡Creo que me faltaba algo en mi vida
y he salido a buscarlo!
__ ¿.............y desde hace mucho que lo
busca?—le preguntó mi madre.
__ ¡Creo que siempre he pensado que debía
moverme porque dónde nací se me había quedado muy pequeño! ¡No se! ¡Tengo
sueños, aunque en realidad lo que busco......!
¡¡¡¡CEFERINOOOOO...........GARCÍA..........................LOPEZZZZZZ!!!!
¡¡¡¡CEFERINOOOOO...........GARCÍA..........................LOPEZZZZZZ!!!!
__ ¿Quién me llama................? ¡Dios
mío, la cocina!
__ ¿Qué cocina?—dijo mi madre.
__ ¡Es el cocinero.................tengo
que pelar las patatas, pronto será la hora de la comida!
__ ¿Qué cocinero y qué patatas?
__ ¡Soy el ayudante de cocina del barco,
se lo había dicho cuando estaba hablando con con esa señorita, Medina, no Medonia.............., sí, Medocinia!
__ ¡Medea, y es un texto teatral!—le
contestó mi madre con una leve sonrisa.
__ ¡¡Si, si, Medea!! ¡¡Claro,
Medea!!—afirmó mi padre saliendo del paso.
__¡¡¡¡CEFERINOOOOO GARCÍA..........LOPEZZZ!!!!
__¡¡¡¡CEFERINOOOOO GARCÍA..........LOPEZZZ!!!!
__ ¡Me tengo que marchar! ¡Sin darme
cuenta, el tiempo me jugó una mala pasada!
__ ¿Está usted seguro caballero?—fueron
las palabras de mi madre.
__ ¡No, fue una broma, han sido los
mejores....................!
__¡¡¡¡CEFERINOOOOOOOOOOOOO...............GARCÍAAAAAAAAA..........................LOPEZZZ!!!!
__¡¡¡¡CEFERINOOOOOOOOOOOOO...............GARCÍAAAAAAAAA..........................LOPEZZZ!!!!
__ ¡Si
tuviera el tiempo en mis manos, y la garganta del cocinero..........!
__ ¡Si los tuviera en sus
manos.............!
__ ¡El tiempo lo detendría!—afirmó mi
padre.
__ ¿Y el cocinero?
__ ¿El cocinero? ¡Al cocinero...........lo
perdería entre las horas del día en que su estómago, y el de los demás, no
tengan necesidad de mis servicios..................................., porque yo, desde que
la vi................................!
__ ¡¡¡¡CEFERINO GARCÍA..................... LOPEZZZZZZZZZZZZZZZ..........!!!!
__ ¡¡¡¡CEFERINO GARCÍA..................... LOPEZZZZZZZZZZZZZZZ..........!!!!
__ ¡Desde que la vi...........!
__ ¡¡¡¡¡¡¡ C-E-F-E-R-I-N-O G-A-R-C-Í-A L-O-P-E-Z !!!!!!!
__ ¡Desde que su voz, su pelo, y sus ojos..............!
__ ¡¡¡¡¡¡¡
CE--FE--RI--NO.........GAR--CÍA.......LO--PEZ.....!!!!!!!
__ ¡...........invadieron mí espacio..........!
¡Mi búsqueda...................!—y respiró de un golpe, y profundamente.
Mi madre no dijo nada, le dio
la espalda a mi padre, y con paso seguro, se puso en marcha. Caminó lo
suficiente, justo lo que necesitaba y se detuvo, y con voz firme, y bien entonada,
dejó que las palabras siguieran su rumbo.
__ ¡¡¡¡SI VUELVE A REPETIR EL NOMBRE DE
CEFERINO GARCIA LOPEZ, LLENARÉ SUS CAZUELAS DE AGUA DE MAR, Y CUANDO ESTÉN A
PUNTO DE HERVIDERO, METERÉ EN CADA UNA DE ELLAS PARTE DE SU CUERPO, HASTA QUE
EL AGUA, Y LA GRASA DE SU ANATOMÍA, SEAN CONSUMIDAS POR EL FUEGO; DESPUÉS,
TOMARÉ UN ALIJO DE PATATAS Y LAS INTRODUCIRÉ SIN QUITARLE LA PIEL, POR CADA UNO
DE LOS ORIFICIOS QUE ENCUENTRE CON LA MIRADA. GRACIAS POR ESCUCHARME
CABALLERO!!!
No esperó respuesta alguna, le
dio la espalda y se marchó. El cocinero quedó en una pieza. La hermosa señorita
de figura esbelta, y grácil andar, dejó su cuerpo rígido, y su voz,
traumatizada para el resto de su existencia. Se acomodó el mugriento tocado que
llevaba en la cabeza, refunfuñó, y se alejó en silencio hacia la cocina.
__ ¿Es el texto de alguna obra de
teatro?—le pregunto mi padre con ingenuidad cuando la tuvo frente a él.
__ ¡.........! ¡Sí, pero no recuerdo el
autor ni el título, no tiene la menor importancia, no ha sido mi mejor interpretación!
__ ¡....................!—la miró mi padre
con la boca en una posición algo incomoda.
__ ¿No tienes que trabajar?
__ ¡Sí, si sí, tengo que pelar patatas!
¡.....................................! ¿Posiblemente no será necesario mi servicio?—y miró a mi madre
en un gesto de complicidad.
__ ¿Quién sabe?—y mi madre se lo devolvió.
__ ¿Señorita nos volveremos a ver?
__ ¡..........................!—mi madre bajó la
mirada.
__ ¡Si usted no lo
desea.......!
__ ¡¡Sí!!
__ ¡Encontraré la forma para llegar a
usted!
__ ¡No creo que me marche muy lejos!—y le
regaló su mejor sonrisa.
__ ¡Tiene razón! ¡......................!
¡Le dije que desde que escuché su voz, vi su pelo, contemplé sus ojos, y ahora
he descubierto su boca, mi búsqueda...............! ¡Ahora, creo que muy pronto
llegaré a mi destino!
Mi madre vio como se alejaba a
toda prisa en dirección a la cocina del barco, y estaba segura, que hoy,
llevaría a su boca el plato más exquisito de toda su existencia.
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