“LA GUERRA“
PUBLICACIÓN: (Diez)
Los altavoces lanzaron la
alarma. La voz de alerta resonó en todo el país --¡Nadie bajo ningún pretexto
debe salir de sus casas! ¡La orden es irrevocable! ¡Un enemigo poderoso y cruel
amenaza con invadir el territorio nacional!-- Por doquier se escucharon los
gritos de alarmas. --¡El que no cumpla la orden se expondrá a una muerte segura!
¡Cada uno es responsable de su vida y sus acciones, el gobierno no se
responsabiliza de ninguna acción! ¡La ciudad está desde este momento en estado
de sitio!—Fue la orden.
Las calles se transformaron en
cuestión de segundos en trincheras. El silencio se apoderó de cada esquina, de
cada plaza, de cada comercio; del más mínimo espacio de la ciudad. El ejército
completamente equipado se desplazó a sus posiciones. No quedó un solo rincón
sin sitiar.
En un solo pestañar la
ciudad puede ser tomada, y al parecer el enemigo no conoce la misericordia. ¡Si
no se logra vencer al enemigo, la culpa no será nuestra, el destino lo quiso
así! ¡Estamos bien apertrechados!
Un sonido seco colmó el aire.
Las manos se crisparon en las armas. Si hasta ahora existía la posibilidad de
la opción, desde este instante todo será diferente. Solamente hay que esperar
el desenlace final.
Ya se escuchan los pasos
atronadores del enemigo. ¡No hay salida! ¡La única solución posible, luchar
hasta la morir!
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