"LA NOTA"
PUBLICACIÓN: (Uno)
Pasé nuevamente por el mismo
lugar, pero esta vez estaba todo en calma. Sobre el asfalto quedaban los restos
olvidados de la noche anterior. Bolsas, papeles, un ejército de cigarrillos
esparcidos y sin orden, botellas a medio vaciar, y el aliento de algún perfume
barato distorsionado en el viento; pero sobretodo, el silencio dominando el
ambiente de la fresca mañana. Se respiraba una calma nada contagiosa desde todos
los ángulos, con un embrujo especial que convidaba a permanecer en el espacio
como un objeto más entre los tantos olvidados. El parque permanecía vacío y
tuve la sensación que todo había sido un sueño, y al despertar ella no estaba.
No recuerdo su nombre, quizás nunca me lo dio.
Tengo la reminiscencia de una
silueta en la distancia. Una mujer entre la multitud desorbitada que gritaba y
no paraba de moverse. La descubrí en uno de los bancos del parque, sola,
simplemente con su melena al viento y su cuerpo armonioso y frágil. Fue lo
primero que descubrí al entrar en el torrente humano desperdigado por toda la
plaza. Estaba con su vestido blanco y las piernas cruzadas entre sí. En los
pies llevaba unas sandalias rojas que dejaban ver sus dedos desnudos. Unos
dedos claros y en completa armonía entre ellos. Sus pies jugaban con la arena
del parque a formar figuras sin sentido. El mismo sentido desorientado que
perdí al contemplarla. No sé si fue el corazón, pero una punzada en el pecho me
paralizó, y de alguna forma vi doblegada mi voluntad.
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