“ VIAJE AL CENTRO DE MI ESTÓMAGO “
PUBLICACIÓN: (Diecinueve)
Necesitaba con urgencia pasar
al baño. Cuando regresan los dolores, la contemplación de mi figura es muy
deprimente, al igual que mi estado de ánimo. Una señora hacía de ayudante del
chamán y organizaba la cola para mantener el control. Me dirigí a ella y le
pedí por favor que me indicara dónde estaba el Waters, porque no podía aguantar
más. ¡Imposible! Me dijo. ¡El baño está en la misma habitación que se consulta.
¡¡No aguantaba más!! Me recogí la camisa con una mano mientras me bajaba los
pantalones con la otra, todo esto a la vez que me retorcía de dolor por el
suelo. Me molestaban las voces, la habitación, mi estómago, las ropas en el
cuerpo. En un segundo el caos se formó en la habitación. La señora de los hijos
sin trabajo, sacó un abanico y comenzó a moverlo con todas sus fuerzas de un
lado a otro delante de mi cara; pero nada, los dolores continuaban con más
violencia.
Mi amiga, que no conocía a
fondo mi reacción, no sabía qué hacer. Comenzó a dar vueltas sin sentido de un
lado a otro. Fue entonces cuando llegó la chica poseída por el espíritu
criminal que estaba enamorado de ella, dando alaridos con un orinal en la mano.
¡Aquí señor, haga pis aquí! Me dijo histéricamente. ¡¡No, mi conflicto es
interno, por ahora no sale al exterior!! Le dije. El dolor me roía por dentro,
pero la vergüenza me paralizó las ideas. El orden establecido se rompió, y los
que estaban en la habitación no sabían cómo actuar.
La señora que hacía de
organizadora tuvo una idea. ¿Por qué no pasa usted cuando salga la persona que
está dentro? ¡Todos asintieron con la cabeza y la voz! No creo que haya sido
por compasión que fuera el siguiente en pasar, más bien fue por el miedo de lo
que podría pasar en los próximos minutos. Agotado y con las ropas a medio poner,
entré a la consulta ayudada por mi amiga.
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