Armando no quería seguir escuchando las historias incoherentes de cada uno de sus amigos, pero después de todo, en su mente surgió la duda, y con sus pensamientos acuesta se apartó del grupo. Lo que no dejaba de llegar en forma de pequeños destellos era las imágenes del inmenso mar, lo tenía demasiado dentro de si. __ ¡Ahora recuerdo que Orestes llegó con una improvisada embarcación y la lanzó al mar. No era la primera vez que el tema del mar aparecía en las conversaciones de cada fin de semana! ¡Claro, el mar! ¿Qué puede pasar si probamos suerte? ¡Fue lo que dijo Orestes! ¡Estás loco, el mar es muy traicionero......además somos muchos, fue lo primero que me vino a la cabeza, pero......todos quedamos en silencio! Recuerdo que Noel sabía cómo hacer un artilugio que flotara y fuera seguro. ¡Cambiarlo todo por el mar, pero no sería seguro para las mujeres.........mi mujer......no la expondría a esta inseguridad! La mejor excusa para no levantar sospecha, era la rutina que hacíamos en e