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Mostrando entradas de noviembre, 2012

¡EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA!

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(CAPÍTULO LVI)                 Habían cortado las vías de entrada y de salida de la ciudad y tuvimos que optar por atravesar el monte para comenzar nuestro viaje. En situación de guerra no era la manera más indicada para llegar a nuestro destino pero nos vimos obligadas a tomar esta dislocada decisión si deseábamos llegar a casa de nuestra tía Rosaura. Éramos  conscientes  de que podríamos cortar camino o hacer más larga la llegada a nuestro destino, dependía mucho de la suerte. ¡Quedarnos y resistir, o enfrentar las posibles sorpresas que nos podía deparar nuestra travesía!                 Mi madre pudo hacerse con un poco de alimento para al menos dos días. ¡Pan, un trozo de tocino, miel, y por supuesto una bota con agua! Contábamos con que la suerte nos acompañaría y llegaríamos lo antes posible a casa de la tía Rosaura, porque sino los alimentos serían insuficientes. ¡Dormiríamos bajo el cielo o en algún cobijo que encontrásemos en alguna pedanía o caserío! ¡Y nada más

-- UNAS PALABRAS PARA NUESTRA KENIA –

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                 Hoy quince de noviembre de este año 2012 ha muerto mi perra Kenia a las nueve y cuarenta y siete minutos de la mañana. Dejó de respirar y su mirada se fijó en la pared con insistencia. ¡Sus pensamientos quedaron congelados! No es mi costumbre referirme a estos temas personales en el blog pero creo que tengo la obligación moral de hacerlo. Es un sentimiento devastador que experimentamos toda la familia. ¡Quiero que estas sencillas palabras se conviertan en un homenaje a nuestra compañera que por más de doce años ha estado a nuestro lado! ¡Es la perrita de mi hija y seguirá siéndolo por siempre!                  Hace dos semanas se echó sobre el colchón donde dormía y no quiso levantarse. La llevamos al veterinario y le diagnosticaron un problema digestivo nada grave. La inyectaron y en dos días hizo vida normal. Ayer cuando mi hija llegó de la escuela estaba echada al lado de su hueso resguardándolo de las mandíbulas de los demás perros. ¡Amaba con toda int

¡EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA!

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                                                 (Capítulo LV)                  Partir es lo más sencillo de este mundo. Nos echamos sobre los hombros lo poco que tenemos y a dirigir los píes hacia delante. Lo verdaderamente complicado es  el camino. En el camino podemos encontrar las respuestas que andamos buscando y que nunca nos hicimos por precaución o miedo a lo que nos pueda contestar el mismo. No siempre para partir se tiene un motivo, en nuestro caso pensamos que el motivo era sólido y necesario. Dejamos la ciudad porque no había futuro, estábamos sin respuestas y en espera de sorpresas que no podríamos calcular.                  El camino en mi época era complicado para las piernas por decirlo de alguna manera. Cuando hablo de camino me refiero literalmente a su andadura. En los años que les cuento recorrer doscientos kilómetros era una verdadera odisea. Se necesitaban al menos dos días para llegar al destino trazado. Esto sucedía tanto por el camino como por los

¡EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA!

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                                          (CAPÍTULO LIV)                  Pasaron los meses. Varios meses. No puedo afirmar cuántos fueron pero los suficientes para sentir el hambre en las costillas. La vida en la ciudad se hizo insoportable. La mayoría de los negocios cerraron y encontrar lo necesario para mantenerse en pie fue una odisea. Las velas, el carbón, la leña, o cualquier combustible o medio para calentarnos se pusieron a precio de oro. Mi madre nunca demostró que la situación era insoportable, ella simplemente callaba y aguantaba para que yo no perdiera el control. __ ¡Hija creo que debemos darnos un paseo largo por el campo! –Me dijo sin darle demasiada importancia. __ ¿Ahora madre? –Le pregunté. __ ¡Ahora, mañana, al final de la semana, pero creo que debemos respirar aíre puro! ¿Qué te parece si vamos a casa de la tía Rosaura? ---Me preguntó-- ¿No es mala idea verdad?          __ ¿Un viaje tan largo en estos momentos madre? –Le contesté. __ ¡Sí! –Me r

¡EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA!

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(CAPÍTULO LIII)                  Lo que sucedió en las siguientes semana seguramente no se lo podrán imaginar mis queridos nietos. Una mañana al levantarme para ir al colegio a dar mis clases, fuimos conscientes de que las cosas no serían como antes; había comenzado la locura. ¡Estalló la guerra! ¡La cruda, y lo sigo pensando después de tantos años, y absurda guerra que nos cercenó las esperanzas! Salí de casa en dirección al tranvía, pero al llegar a la esquina, una barrera de sacos de arena me impidió el paso.  Giré, cambié de calle y fui en dirección a la plaza central.                  La monotonía de siempre desapareció de la ciudad. Las personas corrían de un lugar a otro como hormigas perturbadas sin saber hacía dónde se dirigían. El caos y el descontrol se adueñaron del país. Una cosa me llamó la atención, en las calles además de algún perro hambriento y desorientado las únicas personas que deambulaban de un lado a otro eran del sexo femenino. ¡Una ciudad de muje