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"ANÁLISIS DE HECES FECALES"

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                                                   Recuerdo, y me parece improbable que llegue a olvidarlo, las veces que de niño fui al policlínico para que me hiciesen análisis, o simplemente como acompañante forzoso de la abuela Ene y de su muestra de heces fecales . Por aquellos entonces se hacían análisis de heces fecales a diestra y siniestra; en cambio ahora, con un sencillo pinchazo en las venas nos evita el trasiego de excrementos a tan tempranas horas de la mañana. La abuela Ene, con su angelical rostro y su elegancia nata, cuando lo recomendaba el médico, se presentaba en el centro de salud con su anacrónico frasco de mierda en la mano; pero eso sí, siempre protegido por un cartucho para que las indiscretas miradas no supiesen el contenido del mismo. Yo la acompañaba porque no me quedaba más remedio, la abuela no tenía con quien dejarme, y partíamos rumbo al centro de salud; pero mi cara, y mis músculos, decían todo lo contrario. Me tomaba con una de sus manos

“Junto a la luz”

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                                            Si en el intento dejase de acariciarte si en los veladores atardeceres me fuese apagando junto a la luz no te perturbes amor mío es que ya estoy dentro de ti. Si en los abovedados resquicios de mi alma no hallo cabida para tus penas no importunes los silencios es que construyo música para ti. Si por alguna malsana intención dejase de ser el que soy no malogres el presente es que me invento para ti. Si de tantas zozobras amor mío y de tantos olvidos nos quedásemos en el intento no desespere tu aliento porque estaremos de vuelta los dos. 

“LOS LÍMITES DEL TIEMPO”

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                                                                           A mí nadie me advirtió que después de un premeditado tiempo lo andado hay que desandarlo, y estoy aquí, atrapado en medio de esta encrucijada sin saber hacia dónde tomar. A veces me vienen pensamientos que me incitan a la partida, y la sangre me vuelve al cuerpo y salto y salto, y corro y corro intentando desbocarme como lozano caballo que no admite jinete; pero la altanera valla que aparece en mis realidades me lo impide, aunque he de decir, que en más de una ocasión la he rebasado cayendo del otro lado a cuatro patas como el soñador equino antes mencionado.                  En otras oportunidades, que con el maldito y avizor tiempo van siendo las más, intento continuar por el sendero trazado y me agoto y agoto, y deliro y deliro, y comienzo a girar en torno a mí como el perseverante perro que no renuncia a morderse de una vez y por todas la cola; aunque he de decir también, que en más de una

¿O QUÉ SERÁ…..?

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                                                                                 Hace varias semanas que no escribo en los blogs o en el mismo Facebook, y no es que el día y su amada la noche sean fugaces, o que las horas se hagan de rogar; esa no es la cuestión, el problema radica en mí. El cuerpo termina por agotarse a lo largo del día y cuando me vengo a dar cuenta, ha amanecido una vez más; y así, las semanas sospechosamente se van convirtiendo en meses. Y es cuando me prometo que no volverá a pasar, que tengo que publicar en la tela de araña o mis lectores se enfadarán con sobrada razón. Aunque no he dejado de escribir, lo sigo haciendo, continúo redondeando varios proyectos que más temprano que tarde leerán. A partir de aquí deseo confesarles una cosa, y puede que sea el motivo por el cual me he levantado hoy a las seis de la mañana y me he sentado a escribir. Desde anoche mismo lo he intentado hacer, pero como siempre, acabo durmiéndome sobre el sofá media hora despué

¿MARINO DE MAR?

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Como una ballena sin rumbo me encuentro en un mar de pocas posibilidades. Creyéndome que estoy aquí o pensando que puedo flotar, pero dejándome llevar por la más puta de las corrientes marinas. En un entrañable océano, en una perdida cala voy exhibiendo mis locuras porque en verdad no espero invenciones en los meses venideros. Varado está el viento, encallada la palabra y en esa obligada quietud me alimento del errante plancton que va dejando los difuminados delirios. Hombres de mar y mujeres de ensueño no se echen a la mar sin antes comprobar la salinidad de sus aguas.  

"LOS AMANTES DEL 26"

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CAPÍTULO   FINAL                                                                        -- 7 --                  Un vez  más los párpados cayeron por su propio peso, pero en estas circunstancias no fueron capaces de elevarse, y Magdalena se dejó llevar. Necesitaba descansar, dormir algunos minutos antes de arribar a su destino, al pueblo de su amado Federico. Sus brazos y sus piernas pesaban más de lo habitual, lo suficiente, y ella no tenía fuerzas para luchar con lo evidente. __ ¡Mi amor, tengo demasiado sueño, si no te parece mal dormiré algo antes de llegar! ¿Cuando estemos cerca de tu pueblo me despiertas? –la voz de Magdalena se puede afirmar que es lo más parecido a un remanso de paz en un apacible día. __ ¡Naturalmente que sí mi amor, antes de llegar te despertaré con un beso! –le dijo Federico acariciándole la mano. __ ¡Gracias mi amor, te quiero tanto, pero tanto que sería…….! --las últimas palabras de Magdalena se perdieron mansamente en la calma del

LOS AMANTES DEL 26

                                                                                                                               -- 6 -- __ ¡Nada ni nadie nos podrá separar! --musitó Magdalena. __ ¡Nada ni nadie! --le respondió la voz. Esa voz que escuchaba cercana. __ ¡Estos son los mejores momentos de mi vida, y no dejaré que se marchen! --asintió Magdalena con la mirada perdida.                  A través del cristal las imágenes se van fusionando unas sobre otras sin consideración y sin pausa, porque es lo que tiene el instante, se presenta sin previo aviso, y sin previo aviso se esfuma, como si no hubiese existido con anterioridad. Magdalena no es consciente de ello cuando, y su mirar se diluye a través de la ventanilla, su única intención es encontrar al menos una respuesta que termine por apaciguar las turbaciones que la ahogan y no la dejan respirar; pero el hallar la respuesta adecuada no le será tan fácil. __ ¿Estás ahí? __ ¡Estoy aquí! –le respondió su v