Entradas

Mostrando entradas de 2014

“SENSORIALES RECUERDOS”

Imagen
                                                         Son tantos y tan variados los recuerdos, que me entra el pavor de sólo pensar que dejaré, incontables de ellos, de enumerarlos porque físicamente los años no son suficientes. ¡Hay más recuerdos que peces en el mar! Y es cuando me aferro al pasado como niño ante un juguete, y los desempolvo, los saco a que tomen el sol porque nunca se sabe si el próximo invierno será más frío y largo que este, o, el siguiente el definitivo para que los recuerdos se queden en la inconstancia. No me queda otra que tomar una determinación. Me dedicaré en cuerpo y alma a la clasificación de los recuerdos, los retendré hasta poder imprimirlos en papel, para que perduren, porque dentro de mi cabeza pueden llegar a perderse irremediablemente o trocarse en malos pensamientos. Relataré todos los recuerdos. Los que fueron y los que no llegaron a ser porque el dogmático tiempo se ha empeñado en lo contrario. Seré cursor, espía, confesor, y, ap

¿CÓMO PODEMOS TENER CONFIANZA EN NOSOTROS MISMOS?

                                                      EL OCASO                                                   (Capítulo final)                                                       --siete--                 Por más que nos empeñemos necesitamos de un final o al menos de una cierta conclusión para estar en paz con nosotros mismos y nuestro entorno. No sé si será ley de vida o no, pero al menos es un hecho evidente en cierta etapa de nuestras vidas para cerrar el círculo y quedarnos satisfechos de lo hasta ahora experimentado. Hoy, mañana, o dentro de un par de años, pero debemos finiquitar el presente, y a partir de entonces, volveremos a tener, nos llegará nuevamente la visión.                  Y en esa etapa me encuentro, en esa linde que me invita a una exquisita locura justo al borde de todos los sentidos, con la precisión de un medidor del tiempo, de un experto relojero que moldea cada centésima porque sus horas han culminado. Naturalmente que no es fácil, y les quiero

EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA

Imagen
CAPÍTULO LXVI.                  Estuvimos en casa de la tía Rosaura el tiempo suficiente que lo podía permitir la cordura. La situación estaba mal para todos. Alimentar una boca era algo así como un milagro en época de guerra, qué podemos decir del batallón de mujeres que le cayó de manera sorpresiva a la tía Rosaura. Amparo y sus tres hijas, mi madre, y yo, demasiadas bocas para un solo techo.                  Es que la situación en general era desesperante, agobiante. Al marchar los hombres al frente el pueblo se detuvo. Los que tenían algo de animales, de siembra, o algún dinero como la tía Rosaura, se les fue agotando hasta consumirse con el paso de los meses. ¡Y magia era imposible de hacer bajo aquella situación! Pero aun así nos quedamos cuatro meses y algunos días hasta que Amparo, y sus tres hijas, se recuperaron del todo.                  Y nuevamente al camino. Mi madre le dijo a la tía que debía regresar porque en todo este tiempo no habíamos recibido no

"CONFESIONES DESDE EL TÁLAMO"

Imagen
                                                                       CUALQUIER DÍA EN LA VIDA DE ALEJANDRO                                                          --9-- __ ¡Cuando salga de aquí lo primero que haré será comprarte un reloj!                  Más que afirmar, sentenció Alejandro. Pronunció cada una de las palabras sin dejar de mirar a la enfermera Ana. Y la última, la palabra “reloj”, se mantuvo flotando en la habitación como un dirigible perdido en el espacio, un dirigible sin rumbo que se aleja con el primer viento de otoño. Él no sabía muy bien qué hacer en el siguiente minuto, pero ni por un instante fue capaz de alejar la mirada del rostro de la dulce Ana. __ ¡Un reloj es lo de menos, ya no lo necesito, porque el tiempo lo llevo grabado en la piel desde que llegaste al hospital!                  Y la piel, su piel, tomó un inusual color rosado, más bien una intensa tonalidad poco común en la raza humana. Ana, la dulce Ana, la enrojec

"PRE-PONDERANCIAS"

Imagen
                 Debo pensar que la “cosa” sigue igual, porque hasta el momento no he recibido notificación de lo contrario, pero aun así, me mantengo en mis “treces”, no cederé ni un ápice para que después no me vengan con “cuentos” de que “sí”, de que “no”, total, al “pan, pan, y al vino, vino”. ¡Es ley de vida, y no hay vuelta de hoja! Cuando el mal es de “cagar”, no valen guayabas verdes. Aunque los pensamientos se aglomeran dentro de la estructura ósea y pululan por salir como estentóreo torbellino de agua dulce en busca del mar. En fin, donde manda capitán no manda marinero, o donde manda el que manda, los demás…….se muerden la lengua. Pero no los quiero agobiar con mis problemas carnales, no, porque lo que está hecho, “que Dios lo bendiga”, ¡sí!, si no hay cubiertos, “cuchillo de palo”(o madera para los amantes de los viejos hábitos), versa el refranero “populesco”. ¡¡Compatriotas, compañeros, conciudadanos, contrabando……….., perdón, quise decir, “con trabajo”!!

CONFESIONES DESDE EL TÁLAMO

Imagen
                                                                                                    CUALQUIER DÍA EN LA VIDA DE ALEJANDRO                                                           --8--                  Al escuchar el nombre de Federico los recuerdos le invadieron. Federico fue el mayor culpable junto con Diana de su desgracia, y Alejandro no pudo evitar una estridente exclamación. __ ¿Pasa algo Alejandro? --preguntó Ana. __ ¡Nada, nada, fue una inevitable reacción!                  Y la enfermera Ana comprendió. Muchos fueron los momentos que escuchó por boca de Alejandro. Un lamento, una maldición, en sueños, o incluso despierto; constantemente mencionaba el nombre de su examigo Federico. __ ¡Perdóname, soy una tonta, no me he dado cuenta de….! __ ¡No eres culpable de nada, el tonto soy yo que todavía lo llevo en la memoria cuando de……, mejor……., llévame junto al doctor Federico, lo he estado esperando desde hace tiempo! ¡Un Federico me post

"EL PRIMER AMOR DE LA ABUELA NENA"

Imagen
CAPÍTULO LXV.                  ¡Una vez más estoy aquí, sí, de vueltas de nada y de todo! Ya sé que ha pasado algún tiempo pero varias razones me han separado de la escritura, sobre todo una de ellas. Y por mucho que mi mano lo ha intentado, y mi cabeza, ambas, no han estado por la labor de llegar a una concentración mínima para desear dejar letras sobre el papel. ¡No, no ha sido la salud el motivo de mi ausencia a pesar de cada uno de los achaques que siempre llevo a cuestas, han sido otros los motivos; pero con esta edad qué más puedo pedir que no sea marcharme en calma y sin dejar cuentas pendientes sobre la faz de esta tierra!                  Aunque no lo parezca soy un ser con altos y con bajos, es decir, con altibajos, o como le queréis llamar vosotros, a mí me da igual la definición que le deis. ¡Sí mi queridos nietecitos, la vida aún se me presenta con demasiadas complejidades para mis años, y cuando esto sucede pierdo el norte, el sur, y, por supuesto el est

CONFESIONES DESDE EL TÁLAMO

Imagen
                                                                                         " Cualquier día en la vida de Alejandro "                                                             -- 7 --                   ¿Qué complicada se nos hace la vida cuando intentamos encontrar algunas de las respuestas perdidas por esos enrevesados y tortuosos escondrijos de la esencia humana que aunque nos empeñemos no logramos descifrar? Las mismas respuestas que si saldrían a la luz más temprano que tarde, nos lamentaríamos de su significado, pero qué más da, es lo que habíamos estado deseando desde siempre, porque necesitamos escuchar, si no la verdad, al menos una apasionada y confortable mentira que deje nuestra alma, si es posible, en calma, y por el mayor tiempo posible. Y esto era lo que esperaba escuchar nuestro amigo Alejandro. Habían pasado cuatro meses y dos semanas, y su maltrecho cuerpo aún permanecía en horizontal, sobre la cama del hospital central, un cu

EL PIANO

Imagen
                                   Esta historia que les voy a contar la escuché por vez primera cuando tenía alrededor de siete u ocho años, quizás algunos más o algunos menos, no llego a recordar con exactitud la fecha en que sucedieron los hechos, pero aconteció en un pasado que de algún modo me gustaría que volviese nuevamente al presente. Si asegurase con rotundidad el momento exacto en que transcurrieron los hechos, entonces les estaría mintiendo, y para nada es mi intención. De lo que estoy absolutamente seguro, es que hasta muchos años más tarde, algunos demás, no alcancé a comprender el verdadero sentido de aquellos hechos que escuché y que ahora les voy a contar con el mayor placer de este mundo.                  Unos días antes que concluyese el mes, o para ser más exacto, previamente dos días, mi tío paterno y hermano de mi abuelo, hacía acto de presencia en casa para cumplir con su visita obligada y de costumbre que hacía a su hermano mayor, y como es de supone