“EL CANTANTE”
PUBLICACIÓN:(Setenta y
cinco)
El cantante Juan Benito no
encontraba a su cantante. Mordía las palabras, las estrangulaba contra las
paredes de su boca, las arañaba, y más tarde las lanzaba al exterior para que
se buscaran la vida. Juan había perdido su paciencia, su humor, su temple, y
estaba a punto de perder la fe. ¡Pero esto no se lo podía permitir! Hizo acopio
de fuerzas y de las pocas palabras que le quedaban y esperó a que el anciano
pescador hablara.
__ ¿Qué nombre tan raro?
__ ¡Su nombre
es..........! ¿Dónde la vio?
__ ¡Pero no estoy
seguro..............! –En realidad no sabía que decir el pescador.
__ ¡No importa! ¿Dónde?
__ ¡Cuando estaba
tratando de pescar, pasó pegada a los arrecifes una mujer! ¡Creo que estaba
borracha!
__ ¿Iba sola? –Preguntó
Juan.
__ ¡Si, pero estaba
hablando sola! –dijo el pescador.
__ ¡No hablaba, cantaba!
__ ¡Sí, eso es, iba
cantando con voz fuerte! –Lo confirmó el anciano con la caña de pescar
--¡Maldecía a todos los santos por su mala suerte!
__ ¿Mala suerte? ¡Si es
la mujer más afortunada de este planeta! ¡Lo tiene todo! ¡Su canto, el
reconocimiento del público, juventud, belleza, elegancia, fe! ¿Está seguro que
dijo una blasfemia?
__ ¡Tan seguro como que
soy pescador! ¡Dijo, me cago en....!
__ ¡No diga más! –Juan
no lo dejó terminar.
__ ¡Siguió por toda la
orilla de los arrecifes! ¡Hacia el acantilado! –Fueron las palabras del anciano.
__
¡Gra-ci-as-por-su-a-yu-da! –Le dijo Juan al pescador con el aliento y el habla
entre cortado.
__ ¡Espere cuando la
encuentre..............olvídelo!
__
¡Si-ga-in-ten-tán-do-lo-pue-de-que-pes-que-la-rea-li-dad! –Fueron las silábicas
palabras de Juan Benito.
__ ¡Se hace lo que se
puede! – y fueron las sabias palabras del pescador.
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