“EL CANTANTE”
PUBLICACIÓN:(Setenta y
siete)
Las otras cosas por decir,
ya no son necesarias. Las palabras sobran. ¡Juan hierve de rabia! Se lanza con
una fuerza desbocada sobre la mujer. Solamente ve su espalda pero Juan como un
rayo va gritando su nombre-- ¡Y--m--a--S--u--m--a--c! --Esta vez dejaron de ser
sílabas para ser letras sueltas. La mujer se da la vuelta y ve a un ser
desaforado que intenta investirla. Busca apoyo con sus dos piernas y tropieza
con la punta de un diente de perro. Juan salta sobre ella y la intenta coger
por los brazos. Ella rueda por las piedras. Juan a lo único que se aferra es al
aíre, porque la mujer ha caído del otro lado. Juan Benito prolonga el
movimiento al vacío y continúa su viaje en dirección al mar. De lo alto del
acantilado se ve como un hombre desciende como pájaro sin alas. La mujer lo
sigue con la mirada hasta que su cuerpo impacta con el agua y Juan desaparece.
En la calle Murallas 89 Juan Benito abre los
ojos. A pasado la mañana, la tarde, y nuevamente se acerca la noche; y Juan aún
está en la cama. A su lado su madre.
__ ¡Juanito es hora de
levantarse! ¿Te duela la cabeza?
__
¡........................! –Juan se da cuenta qué pasa algo.
__ ¿No? ¿Qué te pasa
hijo mío?
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