MEMORIAS DE UNA JOVEN
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Era fin de semana cuando
nuestra joven tomó una decisión. Un fin de semana más para cualquier persona acostumbrada a los planes y las citas
rutinarias de dichos días, pero no para nuestra solitaria joven que decidió
enfrentarse al mismo con todo el valor que contaban sus insuficientes años. La
joven determinó que se tomaría el día, todo el día para condicionar su cuerpo y
su mente antes que la noche cayese. Como nunca lo había hecho no sabía muy bien
por dónde comenzar, complacer el cuerpo y a la mente, es una labor al menos
engorrosa, así que pensó que por alguna parte debía comenzar, y no hay nada
mejor para estimular el cuerpo que un entrenamiento profundo. Cultivar el
cuerpo lleva esfuerzo y tiempo, pero esta vez no le daría esperanza. Se limitaría
a entregarse a la disciplina rigurosa de un ejercicio disciplinado. La joven soñaba
con un encuentro amoroso en toda regla, y al decir encuentro amoroso en toda
regla la joven se refería a toda la parafernalia que acompaña estos lances.
Ella deseaba comenzar como todas, o al menos por un idílico principio en
que un cruce de miradas es suficiente para activar toda la sangre del cuerpo y
concentrarla en un lugar determinado de la persona involucrada, mirar y que nos
miren con toda la intención del mundo de desearnos, era lo primero que deseaba
nuestra joven por encima de romanticismos estériles que de por sí tampoco había
experimentado. Tenía en sus recuerdos algunas escenas de películas donde la
protagonista es engullida visualmente por el galán. Una mirada provocadora y
penetrante que rompiese todos sus esquemas establecidos hasta el momento.
¡Quiero que me deseen, sin importarme cómo ni cuándo! Y así se desnudó para
mirarse en el espejo.
Continuará…………………
Fotos: ara.
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