CONFESIONES DESDE EL TÁLAMO



                                           "ROSA Y EL TAXISTA"
                       
                  


                                                           -- 17 --


                 De cierta manera comencé una nueva rutina. Dejé el barrio, a mi abuela, a los amigos, y por supuesto cualquier relación con Rosa, y me centré en los estudios que desde hacía algún tiempo los había desterrado a un segundo plano. No deseaba saber nada, absolutamente nada de ella; sí, no podía continuar con esta agonía porque me sentía impotente frente a una situación demasiado enfermiza para mi manera de percibir el amor; es como la tierra que preparas, abonas, siembras, y al final de la temporada no recoges ni un solo fruto porque este suelo, esta tierra, está enferma.
                 Expulsé de mi cabeza imágenes y pensamientos tormentosos para no continuar martirizándome las ideas y el cuerpo con una ilusión, con un imposible. Mi intención era precisamente olvidar a Rosa, a mi vecina, al amor que desde hace una buena temporada llevo alojado en el pecho, el alma, los huesos, y cada uno de mis músculos. No debía ni podía continuar dependiendo de un balcón, de una mirada, o de una señal que me hiciese para salir corriendo en su busca y consolarla hasta que nuevamente volviese a los brazos de Ramón; no, ya no estaba dispuesto a continuar mordiéndome los labios, a lanzar un quejido de rabia contra la pared, a dejar cada noche mis sábanas húmedas de tanto llorar, y a luchar de ira contra mí mismo por no lograr que Rosa tuviese la paz necesaria para estar sobre esta mierda de mundo. ¡Sufría, naturalmente que sufría al no poder estar junto a Rosa, pero mucho más sufría al contemplar la carita de su hija!
                  Por los sucesos que he vivido estos últimos meses estoy casi seguro que Rosa no dejará jamás a Ramón, como mismo Ramón no cambiará respecto a Rosa y continuará asiéndole daño, a ella, y a la pequeña; una relación que no encuentro apelativo para nombrarla. Rosa se empeñaba en continuar con esta relación que más temprano que tarde acabará con su juventud, y con su existencia.
                 El largo verano terminó de repente y el otoño se instauró una desolada mañana, dejando una sensación de desconcierto en los transeúntes que caminaban por las calles rumbo a sus quehaceres o pasatiempos. Lo sé porque esa precisa mañana tenía exámenes en la universidad y salí a la calle más temprano de lo acostumbrado. A mi piel llegó una sensación de escalofrió nada más torcer la esquina de la casa de los amigos en la que estaba viviendo. ¡Recapacitando creo que no fue frío! ¡No! ¡Fue un extraño erizamiento! No mentiría si dijese que es la primera vez que el cuero cabelludo se me yergue desde la nuca hasta la frente, dejándome una sensación de desnudez total. Los poros de mi cabeza se dilataron estruendosamente ¡Este año el otoño se siente invierno! Pensé intentando resguardarme en un soportal en espera que pasase la corriente de aire gélido que rondaba mi cuerpo. Pero no, la impresión la llevo dentro de mí. No fue el sorpresivo otoño. El día había amanecido nublado y tormentoso, pero la temperatura más bien es agradable después de estos meses de calor que tuvimos; ¡pero yo continuaba con frío! Seguramente debo estar algo afiebrado por las largas noches de estudio. Hace tres semanas que me estoy preparando para estos exámenes que son los últimos para graduarme. Concluyo este año la carrera, licenciatura en artes escénicas, y todo el empeño y cada una de mis energías han estado entregados a esta labor. ¡Sí, debo de estar agotado!
                 Tomé el autobús una manzana más abajo de la calle en la que me encontraba. Debía viajar desde la primera parada hasta la última. Cerca de una hora y diez minutos de recorrido para llegar a la universidad que se encontraba en las afueras de la ciudad. Un tiempo suficiente para poner los pensamientos en el examen y discernir alguna duda que tuviese respecto al mismo. ¡Dramaturgia! El examen es de dramaturgia, debo hacer un análisis de un clásico, y yo he escogido una tragedia……………la sensación ha regresado nuevamente…………..Es curioso porque la ventanilla del autobús está cerrada………..                    

Continuará………………….


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