“VIAJE AL CENTRO DE MI ESTÓMAGO”
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(Veinticuatro)
¿Cuál será la oferta en el menú
para producir esta concentración de personas alocadas? ¡Seguramente es algo
novedoso! ¡Qué bien me vendría un generoso bocadillo con todos sus componentes,
pero el mismo número de integrantes de una orquesta sinfónica! Sin pensarlo más
entré en la lucha por un puesto dentro de la confusión.
Un sujeto apoyado en uno de
estos tablones, organizaba la mercancía dispersa por sus pies. La cuenta
parecía no darle. Ayudado por varios hombres más, trasladaron las cajas que
estaban allí hasta la tarima. Traté de ver el contenido de las cajas, pero fue
imposible. Desde mi posición no alcanzaba una buena visión. El tumulto formaba
un tapón alrededor de la tarima.
El sujeto que organizaba las
cajas miró el reloj --¡es la hora, no podemos perder más tiempo!—Tomó en sus
manos una lista y subió a la tarima de un salto. Los demás, permanecieron de guardia
frente a las cajas. Cuando el reloj de la plaza comenzó a dar las campanadas
todo cambió. Las gentes se callaron, los niños quedaron junto a sus padres, y
los que hacían otras labores, dejaron de hacerla. Las miradas se centraron en
el hombre que estaba sobre la tarima.
__ ¡Se abre la subasta
en este instante¡--y golpeó con el pie uno de los tablones que pisaba-- ¡Hoy
tenemos como primera oferta algo exclusivo! ¡Atención señores, comienza la
subasta!
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