“EL CANTANTE”
PUBLICACIÓN:(Sesenta y
ocho)
__ ¡Ah! ¡Claro la
cantante! ¡Está en el bar!
__ ¡Gracias! –le
contestó Juan dándole la espalda.
El bar estaba a media luz. Como los
tugurios desenfrenados de viejas ciudades pecadoras. Esto a Juan benito no le
gustó --¿Qué podrá hacer una mujer con tanta sensibilidad como Yma en este
sitio? ¡Seguramente la citaron para hacerle una entrevista algún periódico de
la ciudad!—Fue lo que pensó Juan mientras caminaba entre las mesas
sorteándolas. En las mesas las mujeres que estaban sentadas llevaban el rostro
sumamente maquillado. Estaban pintadas para la ocasión. Una sonrisa en los
labios dejaba ver la frustración contenida --¡Un bar es una tienda de primera
dónde la mercancía que se expone ha pasado de mano en mano! --Así pensaba Juan
Benito. Se dirigió a la barra y con una señal de su mano llamó al barman.
__ ¿Qué desea beber el
señor? –le preguntó con amabilidad el barman.
__ ¡Usted se equivoca
caballero, yo no bebo! –le contestó Juan indignado.
__ ¡Perdone! ¡Desea
alguna otra cosa que no sea bebidas alcohólicas caballero!
__ ¡Por desear, en este
momento me marcharía! –le dijo Juan impotente.
__ ¿Quién se lo impide
caballero? –la palabra caballero, el mozo la desintegró antes de pronunciarla.
__ ¡Busco a una persona!
__ ¡Diga usted!
__ ¿Me puede decir cual
es la mesa de Yma Sumac?
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