“VIAJE AL CENTRO DE MI ESTÓMAGO”
PUBLICACIÓN: (Veinte y dos)
El chamán o brujo no
quiso recibir mi dinero, ni aunque fuera la voluntad. ¡Fue una sorpresa, porque
pensaba en todo lo contrario por lo que contaban estas personas. Me despedí con
respeto, haciendo una reverencia, porque no se la forma en que se despide uno
ante un chamán. Cuando pasaba por el umbral de la puerta escuché su voz. –“¡Son
treinta y tres piedras porque esa era la edad que tenías cuando hiciste el
viaje y las cosas cambiaron! ¡No lo olvides!”— ¡Desde este momento creo; creo
sin ver y no me importa! ¡Este hombre tiene mucho poder!
Salí de allí sin mirar atrás.
Supe al escuchar mi nombre que mi amiga me seguía. Decidió que no se iba a
consultar al verme marchar a toda prisa camino a la calle. Mi estado de ánimo
no estaba para dar explicaciones en este preciso momento. Doblé el paso y me
despedí desde lejos con un adiós. En la primera calle que vi torcí a toda
velocidad. El dolor comenzaba nuevamente, lo que estaba vez no era tan agudo
como antes. Solamente una pequeña punzada que me era familiar. Caminé y caminé
sin rumbo fijo, simplemente caminé para alejarme de todo; de mi amiga, del
pasado, del presente, de las palabras escuchadas en la consulta, no sé; para
alejarme de mí. Seguí caminando sintiéndome culpable, no se de qué, pero me
sentía culpable.
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