“EL LIBRO”
PUBLICACIÓN:(Cuarenta y
cinco)
Lo intentó todo. Cambió el
color de la habitación, la ubicación de los muebles, compró ropa de cama nueva,
y bajo el precio del alquiler. Una amiga le aconsejó la utilización del Feng
Shui. Le dijo que la habitación debe estar en armonía con esta filosofía. ¡Y la
escuchó! Lo único que permaneció igual fue la cama con la estantería de los libros.
Es que la cama y la estantería constituían un solo mueble, y los tiempos no
estaban para hacer una transformación radical. Lo que si hizo fue cambiar su
ubicación, y colocó el mueble en la pared contraria, en la que le indicaba el
Feng Shui.
Y tuvo resultado. A los dos días
Orestes llamó y preguntó por el precio del alquiler. Sin ver la habitación el
trato se selló y en menos de una semana se mudó a la habitación. ¡Para Orestes
la economía también constituía un problema!
Después de la experiencia vivida con los
demás estudiantes la casera no bajó la guardia. Cada vez que Orestes salía de
la habitación para salir a la calle, aparecía la casera con la escoba y un paño
de limpiar para dejar la habitación en orden. No importaba que todo estuviera
en su lugar, la señora casera pasaba nuevamente todo su instrumental de
limpieza.
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