“VIAJE AL CENTRO DE MI ESTÓMAGO”
PUBLICACIÓN: (Veintinueve)
__ ¡A la una, a los dos,
y a las tres! ¡¡VENDIDO AL SEÑOR!! ¡Lo felicito obtuvo un buen remate! ¡Ahora
pase para realizar el trueque! ¡Voy con la tercera oferta!
El subastador-delegado continuó
con el próximo remate. Uno de los que hacían la función de guardianes, me llevó
por un pasillo que se comunicaba con un edificio que se encontraba al fondo de
la plaza. Sacaron una especie de contrato y me lo entregaron para que lo firmara.
La transacción decía que yo me comprometía a entregar mi estómago a cambio del
lote antes mencionado. Como obsequio me entregaban varios sobres de sal por mi
canje.
Con una profesionalidad nunca
antes vista por mí, y en pocos minutos, me extirparon el estómago. ¡Me marché
con el documento y el estupendo lote de alimentos! ¡Ahora rebozaba felicidad!
¡Podía comer sin alimentar a un vago y estúpido estómago, que por demás carecía
de sentimientos y de corazón!
A la vez que me alejaba vi como
los comuneros se lanzaban de cabeza y sin camisas contra el Real Delegado de la
subasta. ¡No me imagino que habrá podido pasar para que perdieran el control de
esa forma! En nada bueno puede terminar esta locura. ¡Creo que la revolución
digestiva llegó a la plaza de lo comuneros, y al Real Delegado le llegó su
hora!
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