“LA OPCIÓN”
PUBLICACIÓN: (Cuarenta)
Tenía dos opciones
cuando decidí ponerme en marcha. Una posibilidad era regresar al punto de
partida. Al mismo lugar que estaba antes de caminar; pero qué pasaría con toda
esta distancia recorrida. La otra elección consistía en continuar caminando más
y más; sin mirar atrás. Dar unos pasos amplios y firmes que recortaran la
distancia entre un punto y otro. Lentamente, despacio, a buen ritmo, de prisa,
hasta violentar los músculos de las piernas. ¿Pero hacia dónde voy?
La inercia estaba rota. Detenerme ahora me
hacía pensar en dos opciones. Una me siento en el camino a descansar porque el
agotamiento no es bueno y me nubla los sentidos. De la segunda posiblemente
obtenga un mayor resultado; pudiera meditar por qué me puse en marcha. Lo
complicado de esta segunda decisión es que al pensar me viene a la mente dos
opciones. Una, si me puse en marcha porque otros lo han hecho, o simplemente
porque pienso llegar.
Esta segunda me hace recordar
que tengo dos alternativas. ¡Una, si llego, qué voy hacer en un sitio diferente
al que partí! La segunda me hace reflexionar de cual es la mejor vía para
regresar sin tener que desandar todo el camino.
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