“EL CANTANTE”
PUBLICACIÓN:(Sesenta y
cuatro)
¡No es posible que el
mundo del canto pierda este talento siendo tan joven! No sabía la edad de Yma,
no, pero por su buen aspecto se atrevía hacer un cálculo de unos cuarenta años.
Con seguridad no lo podía afirmar; pero de cualquier manera, es joven. Juan
Benito calló en la cuenta qué después de la tercera noche su figura exótica y
su voz amplia dejarían de ser reales. ¡Tengo que verla cuando termine la
función!
Cuando descendió el telón el
auditorio convulsionó en gritos y aplausos. Los actores entraban y salían
nuevamente a saludar. Yma Sumac se mantuvo en el escenario dos horas, cuarenta
y siete minutos, treinta y tres segundos, y diecisiete centésimas recibiendo el
agradecimiento del entregado publico. ¡Medido con exactitud por Juan Benito
porque sabía la grandiosidad del momento!
El director de escena tuvo que
mandar bajar el telón porque los artistas estaban agotados. Y aún así, el
público siguió una hora más aplaudiendo sin cesar. Este fue el momento que
aprovechó Juan para deslizarse a toda marcha por la platea y llegar al pasillo.
No estaba seguro dónde estaban los camerinos pero debía encontrarlos sin que
los empleados del teatro se dieran cuenta que iba en busca de ellos. Para
disimular entró en el baño. Una cosa le favoreció a Juan, los aplausos seguían
de forma continuada. Los empleados del teatro sabían por experiencia que todo
estaba controlado mientras el público siguiera aplaudiendo desde la platea.
¡Los artistas estaban a salvo por el momento.
Los espectadores mantenían la
esperanza de que nuevamente se levantara el telón; pero hacía buen rato que los
cantantes estaban en sus camerinos.
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